Tailandia (elmundo.es).- El ejercitó tailandés ha anunciado que toma el control del país y suspende todos los derechos constitucionales. El jefe de las fuerzas armadas, Prayuth Chan-Ocha, se ha dirigido a la nación en unmensaje televisado para asegurar que la asonada es el camino "más rápido" para reestablecer la estabilidad. Su decisión llega dos días después de haber decretado la Ley Marcial y tras asegurar que no tenía intención de usurpar el poder civil.
El golpe de Estado ha sido ordenado minutos después de que fracasara una reunión promovida por los generales para forzar un acuerdo entre las facciones políticas que se han enfrentado en los últimos seis meses. Los generales han ordenado la detención de los negociadores de ambos bandos y han asegurado que serán ellos quienes lleven a cabo los cambios que necesita la nación. Su acción está destinada a "reformar la estructura política, la economía y la sociedad", según el general Prayuth.
Los militares tailandeses han derrocado otros 11 gobiernos desde el restablecimiento de la monarquía constitucional en 1932. La vez anterior fue en 2006, cuando destituyeron al entonces primer ministro Thaksin Shinawatra en una acción que originó la actual crisis política e inició el pulso entre seguidores y opositores del magnate tailandés, hoy en el exilio. Los mismos bandos se encontraban esta mañana, ochos años después, manifestándose en diferentes partes de Bangkok.
Ocaso del rey Bhumibol
La nueva intervención del ejército llega en el ocaso del reinado del rey Bhumibol, debilitado por problemas de salud a sus 86 años, y en medio de una división social que enfrenta a las clases urbanas, las elites, los sectores monárquicos y la burocracia estatal frente a las poblaciones campesinas del norte y las clases trabajadoras de las ciudades. "Protegeremos a la monarquía", dijo el general golpista Prayuth al reiterar su lealtad a la corona.
Los militares han sido tradicionalmente favorables a los opositores que en los últimos seis meses han tratado de derrocar al gobierno y contrarios al clan político más poderoso del país, liderado en los últimos años por Yingluck Shinawatra, la hermana del primer ministro depuesto en 2006. La alianza antigubernamental incluye a la judicatura que semanas atrás destituyó a la líder del país y a Suthep Thaugsuban, un ex senador que desde octubre ha buscado paralizar el país con la toma de ministerios, instituciones y avenidas de Bangkok.
El golpe de Estado difícilmente pondrá fin a la división, complicada por el hecho de que los seguidores de Thaksin se han impuesto en todas las elecciones desde 2001 y siguen contando con un apoyo mayoritario. Las elites de Bangkok, que durante décadas han prosperado al abrigo de la monarquía, ven con recelo la emergencia de una conciencia política en clases sociales que solían aceptar que sus destinos fueran decididos en Bangkok. Thaksin Shinawatra fue, con sus medidas populistas, y a pesar de sus políticas autoritarias y las acusaciones de corrupción, el primer político que logró unir bajo un mismo movimiento a las capas más desfavorecidas.
La profunda fractura social de Tailandia se ha agravado en los últimos años al mezclarse con los intereses de los caciques políticos que dicen representar a cada bando. Thaksin Shinawatra se encuentra en el exilio para evitar cumplir una condena de prisión por corrupción. Su principal rival, Suthep Thaugsuban, ha organizado las manifestaciones de los últimos meses a pesar de que existía una orden de arresto contra él por su implicación en la muerte de decenas de manifestantes mientras ocupaba el cargo de viceprimer ministro, en 2010.
Los militares tailandeses no son conocidos por su paciencia con la democracia o sus instituciones. Aunque existen dudas de que pasados golpes hayan contribuido a mejorar la situación del país, todo indica que han sido beneficiosos para la institución castrense. Una de las primeras medidas del ejército tailandés tras su golpe de Estado de 2006, el decimoctavo desde 1932, fue sentar a sus mandos en los consejos de administración de las principales empresas púbicas del país. El presupuesto de Defensa fue doblado durante un año de gobierno que terminó ante la incapacidad de los generales para administrar la nación.
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