elmundo.es.-Pese a que en los últimos meses la justicia ha tirado por tierra muchos de los cargos que se le han atribuido, el polémico Justin Bieber sigue viendo su nombre asociado a todo tipo de recursos judiciales y acusaciones de agresión, por lo que ya no sorprende que el reportero gráfico Walter Lee quiera volver a llevar al cantante a los tribunales por un supuesto atropello acaecido en junio del año pasado, un caso del que un juez ya determinó en su momento que el intérprete no tenía ninguna responsabilidad.
Como publica el portal de noticias TMZ, el citado fotógrafo está convencido de que el asunto no debe ser cerrado todavía y por eso ha entregado a la corte nuevos documentos que darían prueba de las múltiples lesiones que sufrió después de que Justin le golpeara con su coche al tratar de escapar del objetivo de su cámara. El objetivo final del reportero es conseguir que todos los gastos médicos que tuvo que abonar en su día le sean ahora devueltos por el propio artista canadiense.
Hace exactamente 11 meses, cuando el llamativo asunto llegó a una comisaría californiana, Walter Lee aseguraba que Justin Bieber no había tenido reparo alguno a la hora de aprovechar la potente aceleración de su Ferrari para apartarle de su camino y evitar que tomara más fotos de su persona, lo que no solo habría resultado en una serie de lesiones directas por la colisión, sino que también habría ocasionado otras heridas relacionadas con el posterior impacto contra un muro de hormigón.
Sin embargo, las alegaciones del fotógrafo ni siquiera llegaron al sistema judicial del estado, ya que los agentes de policía encargados de la investigación indicaron que no había pruebas suficientes para procesar a Justin Bieber, aunque dejaron la puerta abierta para que Walter Lee -como acaba de ocurrir- pudiera encontrar más evidencias que avalaran su versión de la historia.
Se le acumulan los problemas
Parece que los problemas persiguen al joven Justin Bieber, puesto que no hace ni un mes desde que se mudara a una nueva vivienda alquilada en Beverly Hills -un ático y el piso que está justo debajo de él- y ya ha tenido varios encontronazos con la comunidad de vecinos, cuyos miembros han llegado a llamar a la policía en dos ocasiones por el exceso de ruido y el consumo de marihuana.
"El olor a marihuana era permanente, especialmente en mi vestíbulo, que comunica con el de Justin", afirmó un vecino al portal TMZ. Bieber quiso aprovechar su nuevo hogar para celebrar una fiesta hasta altas horas de la madrugada la semana pasada, pero lejos de conformarse con esto, este lunes repitió y organizó una pequeña reunión para la que instaló un bar y distribuyó cachimbas por toda la casa. En esta ocasión, el piso fue cerrado a cal y canto para que el humo no se escapase, creando una atmósfera cargada de marihuana que enfureció a sus vecinos.