El presidente Danilo Medina proclamó ante su homólogo haitiano Michel Martelly que “es hora de mirarnos a los ojos, estrechar nuestras manos y de trabajar hombro con hombro por el fortalecimiento de cada uno de nuestros países”.
El Jefe de Estado dominicano, al hablar en la plenaria del encuentro trilateral República Dominicana- Unión Europea- Haití, manifestó que solo del compromiso franco y del esfuerzo sincero de ambos gobiernos, surgirá la semilla que haga crecer la confianza y el respeto en ambos lados de la frontera.
El presidente Medina se expresó en esos términos al concluir el histórico cónclave en el que agradeció al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, por el esfuerzo y la cooperación que en estos momentos consolida los lazos entre los gobiernos dominicano y haitiano, así como con la Unión Europea.
Para Danilo Medina, la buena vecindad y el respeto mutuo constituye una oportunidad para aplicar políticas que lleven bienestar a República Dominicana y Haití.
A continuación el texto íntegro del discurso del presidente Danilo Medina:
Señoras y señores,
Es un gran honor para nosotros recibir al Presidente Martelly y al señor Van Rompuy aquí, en Punta Cana, para dialogar sobre la agenda común de nuestros dos países en presencia de la Unión Europea, que ha sido siempre uno de los mayores aliados y colaboradores de la región.
Este es un encuentro histórico, que cierra con broche de oro la visita del Señor Van Rompuy a nuestra isla y que muestra el excelente momento que atraviesan nuestras relaciones bilaterales.
Aprovecho esta ocasión para agradecer una vez más la cooperación que el pueblo europeo nos hace llegar y que consolida los lazos de solidaridad a ambos lados del océano.
Es justo recordar aquí que muchas de las iniciativas que actualmente están en marcha para la promoción del desarrollo fronterizo han sido posibles gracias a esa cooperación de la UE.
Desde el apoyo técnico ofrecido a la Comisión Mixta Bilateral, hasta la facilitación de los intercambios comerciales y aduaneros entre nuestros dos países, la construcción de infraestructuras en las áreas fronterizas o el apoyo a las iniciativas medioambientales, la cooperación binacional de la UE ha sido clave para el avance de nuestra agenda conjunta.
De la misma forma, queremos agradecer el acompañamiento que nos han ofrecido a lo largo de todo el proceso del Diálogo de Alto Nivel, así como el compromiso que nos confirmó hoy el Presidente Van Rompuy de acompañar la implementación de los acuerdos adquiridos en los diferentes encuentros y de aquellos que se promuevan en el futuro.
En el encuentro que hemos mantenido hoy pudimos corroborar que caminamos en la misma dirección y que el programa binacional para el onceavo Fondo Europeo de Desarrollo está orientado hacia las mismas prioridades que ambos países hemos establecido en nuestra agenda conjunta. Será, por tanto, una herramienta de gran utilidad para el desarrollo de nuestros pueblos.
La UE seguirá acompañando nuestros esfuerzos para mejorar el comercio entre ambos países, mediante la cooperación con nuestros ministerios de comercio e industria y la asistencia técnica a nuestras direcciones de aduanas.
Además, facilitará los mecanismos de diálogo binacional, no solo entre los gobiernos, sino también entre el sector privado y la sociedad civil de ambos países.
Asimismo, nos seguirá ofreciendo su apoyo en las iniciativas medioambientales para proteger la zona fronteriza y, especialmente, las cuencas hídricas. Nos ayudará en la mitigación de los efectos del cambio climático y la gestión de desastres naturales.
Estas iniciativas irán acompañadas de proyectos encaminados al desarrollo local en las áreas fronterizas, con énfasis en la gestión de los mercados, apoyo al iniciativas productivas locales y mejora de las infraestructuras.
De la misma forma, esperamos contar con su ayuda en áreas clave, como la promoción de la salud y especialmente la reducción de la mortalidad materno-infantil.
En este sentido, me gustaría animar a la UE a apoyar la puesta en marcha de dos hospitales fronterizos, que permitan mejorar la atención a la población que habita a lo largo de esos más de 200 kilómetros, en su mayoría en condiciones de vulnerabilidad.
Amigos y amigas,
En los últimos siete meses hemos impulsado un proceso histórico de diálogo que, podemos decir con satisfacción, ya ha dado grandes frutos.
Esta iniciativa tiene por objeto avanzar en una agenda conjunta que permita a nuestras dos repúblicas, soberanas e independientes, vivir en buena vecindad y enfrentar conjuntamente los retos que van más allá de nuestras fronteras.
Partiendo de las necesidades reales de nuestros dos países, tenemos un amplísimo terreno para llegar a acuerdos y para buscar soluciones que garanticen a todos los pobladores de esta isla un mejor futuro.
Lo cierto es que este diálogo que hoy nos reúne nuevamente no es el capricho de dos Presidentes, ni el producto de una coyuntura pasajera. Este diálogo es, en realidad, el paso histórico ineludible que nuestras naciones, en pleno ejercicio de su soberanía, precisan.
Como dijo Jean Monnet, padre de la construcción de Europa, “Cuando una idea corresponde a la necesidad de la época, deja de pertenecer a los hombres que la han inventado y resulta más fuerte que los que la han asumido”.
Estoy seguro de que el futuro nos mostrará que estamos haciendo lo que la historia nos demanda.
Presidente Martelly, es hora de mirarnos a los ojos, de estrechar nuestras manos y de trabajar hombro con hombro por el fortalecimiento de cada uno de nuestros países.
Porque solo del compromiso franco y del esfuerzo sincero de nuestros gobiernos surgirá la semilla que haga crecer la confianza y el respeto a ambos lados de la frontera.
Compartimos una visión: la de construir dos naciones fuertes, independientes y desarrolladas, capaces de convivir y cooperar, en buena vecindad y desde el respeto mutuo.
Confío en que, con la ayuda de Dios y el acompañamiento de países amigos como lo son los miembros de la Unión Europea, seamos capaces de liderar este proceso con la templanza y sabiduría que merecen nuestros pueblos.