Orlando vendía aguacates y mangos en la Rafael Atoa, frente al colmado de Bienvo, por los lados del Timbeque y de la Yolanda Guzmán, Guachupita, en la capital, mientras estudiaba ingeniería en la UASD y su madre lavaba y planchaba ropa.
Con mucho esfuerzo y trabajo se hizo ingeniero. Por más de 20 años trabajó en empresas privadas, pero siempre con el sueño de tener su empresa, ser independiente y no tener otro patrón que si mismo.
En uno de los sorteos del Ministerio de Educación para construir aulas, Orlando participó y se sacó la construcción de las escuelas Inicial y Básica de Quitasueño, Haina. Inicialmente hubo problemas en ubicar un buen solar, por lo que, en aras de recuperar tiempo y cumplir, lo encontramos afanando detrás de sus obreros y proveedores para terminar y entregar pronto.
En ocasión del segundo aniversario del gobierno de Danilo Medina, Orlando accedió a contarnos su historia como beneficiario de la política de democratización de oportunidades del gobierno en el sorteo de obras para construir aulas y comedores para la Tanda Extendida. Lo hizo convencido de que su historia es la de cientos de ingenieros cuyas vidas cambiaron gracias a las nuevas políticas que aplica el gobierno de Danilo Medina. Políticas que funcionan.
Orlando compró los materiales de la construcción en la zona y emplea 25 personas de la comunidad. A sus 4 hijos universitarios no le falta nada y, su mujer, feliz, dice, le cuela café temprano para que salga contento a trabajar.
Democratizar oportunidades es buena cosa. Cambia la vida de mucha gente en nuestro país.
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