La ofensiva de Estados Unidos contra el grupo yihadista suní Estado Islámico (EI) en Irak y Siria dispondrá de bombardeos regulares y será larga, pero el factor clave para conseguir derrotar por completo a los extremistas será el apoyo de la población y las fuerzas locales. Este es el mensaje que lanzaron este martes en el Senado los máximos responsables del Departamento de Defensa y del Ejército de EE UU.
En una comparecencia en el comité de Servicios Armados del Senado, que estuvo interrumpida por algunas protestas de contrarios a los ataques aéreos, el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Martin Dempsey, anunció que la campaña contra las posiciones del EI será “persistente y sostenida”. Y aunque el presidente Barack Obama lo ha descartado reiteradamente, Dempsey abrió la puerta que haya soldados estadounidenses participando en tareas de combate sobre el terreno en Irak: “Si llegamos al punto en el que creo que nuestros asesores -que llevan más de un mes en el país- deberían acompañar a las tropas iraquíes en ataques contra blancos específicos [del EI], se lo recomendaré al presidente”
“Vamos a destrozar al EI en Irak, restaurar la frontera [entre Irak y Siria] y frenar al EI en Siria”, apuntó el general. El matiz verbal entre los resultados en Irak y Siria es significativo pero comprensible. Se basa en el hecho de que en el primer país, EE UU cuenta con asesores militares propios y aliados extranjeros sobre el terreno -las fuerzas iraquíes y kurdas-, mientras en el segundo carece de colaboradores sobre el terreno dada su enemistad con el régimen de Bachar al Asad.
Al Asad es un enemigo común para el Gobierno estadounidense y para el EI, lo que genera comparaciones incómodas en Washington. El secretario de Defensa, Chuck Hagel, insistió esta mañana en que, en su estrategia militar y política contra el yihadismo, EE UU “no cooperará” con el régimen sirio. “Estados Unidos seguirá buscando una solución política al conflicto sirio, el fin del régimen de Al Asad y seguiremos contrarrestando Al Asad con presión diplomática y económica”, afirmó Hagel, que aseguró que el régimen ha ayudado a que el EI avanzara en Siria.
“Si llegamos al punto en el que creo que nuestros asesores deberían acompañar a las tropas iraquíes en ataques contra blancos específicos [del EI], se lo recomendaré al presidente”Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto de EE UU
Tanto Hagel como Dempsey subrayaron que la ofensiva contra los yihadistas será larga y compleja. “Este no será un esfuerzo fácil ni corto, será complicado”, afirmó el secretario de Defensa. “Requerirá progreso político en la región y socios efectivos en Siria e Irak. Sabemos que este esfuerzo llevará tiempo”, añadió. “Es un problema generacional”, terció Dempsey. Ambos enfatizaron que, por muy exitosa e intensa que pueda ser la ofensiva militar, el EI solo será verdaderamente “derrotado” cuando la población local “rechace” sus postulados extremistas.
La comparecencia llega al día siguiente de que EE UU bombardeara por primera vez posiciones del EI cerca de Bagdad, la capital iraquí, y de que una treintena de países -occidentales y árabes- se comprometieran en París a poner en marcha con urgencia “todas las medidas necesarias para luchar eficazmente contra el Estado Islámico”, incluida “una ayuda militar apropiada”.
Fuente:elpais.com
