No ha sido una de las extravagantes peticiones del polémico Kanye West (37) lo que ha provocado el pánico entre su equipo de asistentes a su paso por Australia. El rapero fue conducido este miércoles, horas antes de su actuación, hospital Epworth de Richmond (Melbourne) para someterse a una resonancia magnética.
"A mi hija le estaban practicando una resonancia magnética. Poco después de haber empezado, el personal de seguridad irrumpió en la sala de espera para despejar la zona. Nosotras dos fuimos las únicas que nos quedamos allí, junto a las enfermeras y los médicos, ya que todavía no habían acabado de examinar a mi hija. Lo siguiente que vi fue a Kanye entrando por la puerta rodeado de sus guardaespaldas con uno de los lados de su cara cubierto con algo blanco. Todo el mundo parecía estar sufriendo un ataque de pánico", declaró Lorraine Terry, testigo presencial, a la revista australiana Woman's Day. Según esta testigo, los médicos temían que hubiese sufrido convulsiones.
Sin embargo, una fuente aseguró a E! Online que Kanye asistió al hospital a modo preventivo. "No sufrió una convulsión, simplemente tenía una migraña y fue al hospital como precaución".
Finalmente todo pareció quedar en un susto, ya que Kanye abandonó el hospital en torno a las 4:30 de la tarde y pudo incluso llegar a tiempo para actuar frente al público que le esperaba en el Rod Laver Arena de Melbourne.
El rapero tiene previsto actuar este viernes y sábado en Sydney. Su paso por Australia con su gira mundial 'Yeezus' terminará el lunes en Brisbane.
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