WASHINGTON.- Otra decapitación, otro periodista norteamericano y un mismo verdugo: el temible grupo jihadista Estado Islámico.
El mundo volvió a estremecerse ayer con la difusión de un nuevo video que muestra la decapitación de Steven Sotloff, la segunda ejecución de un periodista en menos de dos semanas a manos del grupo extremista que controla amplios sectores de Siria e Irak desde junio pasado y cuya veloz y brutal ofensiva empujó a las potencias occidentales a las puertas de una nueva intervención militar en Medio Oriente.
Luego de advertir en el video del asesinato de James Foley que Sotloff correría la misma suerte si Estados Unidos continuaba los bombardeos contra sus posiciones, Estado Islámico (EI) cumplió su amenaza y también decapitó al periodista de 31 años, experto en Medio Oriente y con residencia en Miami.
El miércoles pasado, la madre de Sotloff había publicado un mensaje en video en el que le suplicaba por la vida de su hijo a Abu Bakr al-Baghdadi, el sanguinario líder de EI.
Sotloff trabajaba en forma independiente para las revistas Time y Foreign Policy, y había sido visto por última vez en Siria en agosto de 2013, hasta que apareció en el video difundido el mes pasado por EI, que mostró la brutal decapitación de Foley.
En el video difundido ayer, titulado "Segundo mensaje a Estados Unidos", Sotloff aparece vestido con un uniforme naranja, similar al que vestía Foley y que emula el que usan los prisioneros de Guantánamo, antes de ser aparentemente decapitado por un miliciano de EI.
El verdugo sería el mismo individuo que ejecutó a Foley, supuestamente un jihadista británico nacido y criado en Londres, cuyo padre fue extraditado a Estados Unidos por sus vínculos con los ataques de Al-Qaeda a dos embajadas norteamericanas en África, en 1998 (ver aparte).
El asesino también volvió a advertirle al presidente norteamericano, Barack Obama, que seguirán decapitando a occidentales mientras Estados Unidos siga lanzando ataques aéreos contra el grupo.
"Estoy de vuelta, Obama. Estoy de vuelta a causa de tu arrogante política exterior contra Estado Islámico, a pesar de nuestras advertencias serias'', dijo el miliciano. "Así como tus misiles continúan dañando a nuestro pueblo, nuestro cuchillo continuará cortando el cuello de tu pueblo", agregó.
La espeluznante cinta concluye con la aparición del rehén británico David Cawthorne Haines, al que amenazó de muerte y del que no se proporcionaron más datos.
Barak Barfi, vocero de la familia Sotloff, dijo que los padres habían visto el video, pero que las autoridades aún no habían confirmado su autenticidad. "La familia sabe de esta horrible tragedia y lleva el duelo en forma privada", dijo Barfi.
Calificadas por Estados Unidos como un repugnante acto de brutalidad, las imágenes fueron difundidas por SITE, un grupo de inteligencia que sigue los movimientos en Internet de las organizaciones jihadistas en todo el mundo.
La Casa Blanca se declaró "devastada" por el video, aunque todavía no ha determinado si es auténtico.
"La comunidad de inteligencia está trabajando lo más rápido posible para determinar su autenticidad -dijo Bernadette Meehan, vocera del Consejo de Seguridad Nacional-. Si es genuino, estamos devastados por el brutal asesinato de un periodista norteamericano inocente."
El primer ministro británico, David Cameron, dijo que esa nueva filmación muestra un crimen "absolutamente terrible y despreciable". El líder conservador había dado la alerta sobre el posible origen británico del asesino de Foley. Su par italiano, Matteo Renzi, también se refirió al video: "Al enfrentarse a un acto tan espeluznante como éste, parece claro dónde está la frontera, la de la democracia contra la barbarie".
Estados Unidos mantiene su operación de ataques aéreos contra EI en el norte de Irak y ha llamado a una coalición global para enfrentarse a la amenaza jihadista.
La ofensiva de EI está acompañada de una maquinaria de muerte que implica masacre de poblaciones civiles que se resisten a su ideología, ejecuciones de centenares de soldados sirios tras largas marchas por el desierto y la decapitación de rehenes occidentales, similares a las que realizó Al-Qaeda en Afganistán e Irak hasta 2004.
Agencias AP, EFE, ANSA y Reuters