SANTO DOMINGO.- En el país ocurren cada año alrededor de 18 mil accidentes cerebrovasculares al año y el número fatal de este “premio” puede caer en cualquier persona, sin distinción de clase social, raza o edad.
Quienes sufren un accidente cerebro vascular (ACV) pueden morir instantáneamente o quedar inhabilitados físicamente por el resto de su vida. En un escenario favorable, si es asistido a tiempo por los médicos y recibe el medicamento adecuado, podría reducir sus capacidades físicas; pero recuperarlas paulatinamente en un proceso de rehabilitación que puede ser largo o corto.
Las informaciones fueron ofrecidas por el presidente de la Sociedad Dominicana de Neurología y Neurocirugía, quien dijo que la cifra de muertes e inhabilitados se podría reducir con mayor capacitación de médicos y personal de salud, así como el cambio de hábitos alimenticios y ejercicios regulares.
Al disertar en la XII Jornada Médico Científica Dr. Juan Ml. Taveras, de CEDIMAT, realizada el fin de semana, el doctor Luis Suazo explicó que mejorar esas cifras supondrá menos costos para los familiares de quienes son impactados por un ACV y el sistema hospitalario y de salud del país.
Informó que a nivel mundial, los ACV son la tercera causa de muerte y la primera causa de invalidez a nivel mundial. “Y además es un evento catastrófico para la salud”, observó en la actividad de Cedimat, en la que se ofrecieron 40 conferencias a cargo de renombrados especialistas nacionales y extranjeros.
Esos eventos catastróficos de salud se producen por un déficit neurológico brusco que causa obstrucción de la arteria cerebral por un trombo, que es un coágulo sanguíneo que se forma dentro de una arteria o vena que puede obstruir completamente una arteria o fragmentarse y migrar, lo que se conoce como embolia cerebral.
“Se puede reducir la cantidad de muertes e invalidez con por educación, detección temprana de los síntomas que lo producen, aplicación de terapias y acortamiento del tiempo de asistencia cuando se produce el evento”, comentó el doctor Suazo, quien es director de la Unidad de Accidentes Cerebrovasculares de CEDIMAT y director de su Unidad de Neurociencias.
Agregó que en el país no hay estadísticas específicas, sino que se toman las del continente en países con situaciones similares del país, como México y Argentina, que rondan los 18 mil casos anuales.
Precisó que los hábitos de los dominicanos son una bomba de tiempo para la ocurrencia de los ACV. “Tenemos que ponerle atención a este problema”, dijo, en su conferencia “Terapia trombolítica en ACV”, ofrecida en el evento científico de CEDIMAT.
Aseguró que con los trombolíticos, fármacos que rompen el trombo, son la solución de terapias efectivas, que permiten reducir tiempo de hospitalización (hasta en una semana), rehabilitación en menor tiempo y recuperación general del paciente de forma adecuada.
“La mayoría de los accidentes cardiovasculares que hemos trombolizado en Cedimat, han estado menos tiempo hospitalizados y éstos se han reinsertado más rápido a sus actividades cotidianas”, aseguró al exponer sobre tratamientos exitosos de los ACV.
“En Cedimat tenemos el trombolítico y hemos tenido resultados sorprendentes en pacientes que llegan a nuestro centro de salud, con recuperación rápida sin recaídas y recuperación inicial en los primeros dos meses es más satisfactorias en pacientes a los que no se les ha aplicado el medicamento”, observó.
El neurólogo y neurocirujano apuntó que el medicamento, de nombre general R-TPA, rompe el trombo que obstruye el flujo sanguíneo.
Manifestó que el país requiere de médicos y personal de salud bien formados en el tema, aplicación del trombolíticos, cambio de hábitos alimenticios cargados de grasas, la realización de ejercicios cotidianos y equipos médicos adecuados.
“Se puede reducir la cantidad de muertes e invalidez a través de educación a la población mediante campañas que permitan al ciudadano el reconocimiento de los síntomas de la enfermedad, como son la campaña en Estados Unidos de América (FAST, face, arm, speech, time), en la cual se instruyó a que las personas que tuvieran alguna asimetría en la cara, pérdida de fuerza en un brazo, o trastornos en el habla, acudieran rápidamente al hospital”.
Dijo que esto permite la aplicación de terapias y acortamiento del tiempo de asistencia cuando se produce el evento. “Recordar que por cada hora de isquemia cerebral se pierden unos 12 billones de neuronas, y unos 740 km de fibras mielinizadas”, comentó el doctor Suazo, quien es director de la Unidad de Accidentes Cerebrovasculares de CEDIMAT y director de su Unidad de Neurociencias.
“Hay que educar hasta el camillero, porque todo el personal de salud debe entender la urgencia de ese evento”, comentó el presidente de la Sociedad Dominicana de Neurología y Neurocirugía.