Ciento veinte segundos dentro de la celda de la que se fugó Joaquín "El Chapo" Guzmán alcanzan para hacer que la historia de su escape sea un poco más inverosímil.
¿Cómo nadie escuchó nada? ¿Cómo nadie vio nada?
Dicen que el tiempo dentro de una prisión transcurre de forma lenta.
Ciento veinte segundos en el puñado de metros cuadrados en los que uno de los mayores criminales del mundo pasó 504 días son suficientes para que decenas de pensamientos se crucen por la cabeza.
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