Los vigilantes de seguridad del cementerio de Stanford (Estados Unidos) no daban crédito a lo que estaban viendo sus ojos. Entre la oscuridad, se podía percibir a un hombre de mediana edad que se encontraba desenterrando una tumba con sus manos.
Según publica 'Mirror', el responsable de esta atrocidad ha sido Michael Dale, un estadounidense de 44 años que decidió profanar el nicho de su padre para terminar una discusión que no había terminado de aclarar con él antes de morir.
Lo curioso de esta historia es que el padre de Dale no había fallecido recientemente sino que lo había hecho en los años noventa.
Los miembros de seguridad avisaron a la Policía y el individuo fue detenido y acusado de profanar una tumba, intoxicación pública y posesión de estupefacientes.
Las informaciones policiales apuntan que Dale se encontraba bajo los efectos del alcohol y varios narcóticos en el momento en el que fue pillado 'in fraganti' en el cementario.
Pese a lo dantesco del caso, una vez trasladado a dependencias policiales, Michael Dale negaba lo ocurrido pero a su vez repetía continuamente "lo haré de nuevo, lo haré de nuevo".
Lo peor de todo es que la tumba que profanó Michael Dale podría no ser la de su padre, ya que en el 'Pilot Baptist Church' existen otras 12 personas enterradas con el mismo apellido.
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