El escudo, diseñado en bronce, está ubicado en el área del balneario Poza del Castillo, próximo al monumento histórico Fortaleza de San Felipe.
La instalación de la tarja en su honor obedece a sus aportes al desarrollo de la música, destacando en primer orden la creación de una colección de canciones románticas que enriquecen y valorizan el acervo musical dominicano.
Cabe destacar que Lockward escribió la canción titulada “Poza del castillo”, inspirado en ese emblemático balneario en donde vivió momentos inolvidables de su juventud y vivencia entre amigos.
En la actualidad, Poza del castillo representa un espacio de gran valor histórico que inspira nostalgia y sentimiento a los puertoplateños.
En su intervención, Rodríguez recordó que en el año 1990, época en que compartió escenarios con el fenecido Juan Lockward, que en Casa de Teatro ambos presentaron el espectáculo “Generaciones”, y que luego fue seleccionado como espectáculo del año, dentro de los Premios Casandra.
“Estoy hablando de la historia de un gran hombre, y no tengo memoria para recordar que en su época un compositor haya utilizado sus composiciones para cantarle a su tierra natal”, expresó Rodríguez.
En representación de la provincia habló el gobernador de Puerto Plata, doctor Iván Rivera, para valorar la iniciativa del titular de cultura y definir al homenajeado como un intelectual apasionado de sus composiciones y su guitarra.
Rodríguez estuvo acompañado de Juan Tomás García, viceministro de Creatividad y Participación Popular; René Merete, Teófilo Terrero, director de la Escuela Nacional de Arte Dramático; y el maestro Jochy Sánchez, director regional de Cultura, Santiago de la Caballeros.
Juan Lockward nació en la provincia Puerto Plata, el 24 de junio del año 1915. Hijo de doña Beatriz Etamers y don Alejandro Lockward. Siguiendo la formación de su padre, a los 16 años mostró interés por la música.
En el año 1934, estableció domicilio en Santiago de los Caballeros. Luego, por recomendación de un amigo, viajó a Puerto Rico, donde ofreció un concierto en un escenario de esa isla.
En ese momento el periodista puertorriqueño Rafael Quiñones Vidal, motivado e impresionado por su voz, lo bautizó con el sobrenombre “El mago de la media voz”.