Moca.- El desarrollo de las potencialidades es un asunto serio en el liceo El Corozo de este municipio y no solo se aplica a los estudiantes sino que también abraza a los docentes y al personal administrativo.
“A nosotros se nos enseña que hay que utilizar los recursos del medio para poder resolver situaciones”. Un ejemplo es que en el grupo de empleados nombrados por el Ministerio de Educación para este centro detectamos un joven que es barbero.
Entonces –narra Pedro Paulino, director del centro escolar- habilitamos una barbería para él, y además de encontrarle una posición en el liceo, le ayudamos a desarrollar su talento con esos chicos que les hace falta un corte de pelo o tienen un corte no apropiado para la escuela”.
“Ahí si es bueno porque hasta pelado me lo mandan”, de la escuela, dicen padres de estudiantes.
Un proverbio chino reza “regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida”. En el liceo El Corozo, además de enseñarle matemáticas, historia, geografía y lengua española, a los estudiantes también les dan facilidades para aprender un oficio.
Esto nos ha llevado –dice Paulino- a firmar un acuerdo con el Instituto de Formación Técnico Profesional (Infotep), a través del cual los jóvenes pueden realizar cursos técnicos como barbería, farmacia, uñas acrílicas, elaboración de bocadillos, entre otros.
Los cursos son en horario de 4 de la tarde a 10 de la noche, lo que les permite a los estudiantes generar recursos económicos los fines de semana o cuando terminan el bachillerato, expuso.
Paulino sostiene que con esta metodología lo que se busca es que el muchacho no se vea “obligado” a abandonar las aulas. “Nosotros somos conscientes que no todo el mundo debe ser profesional si no quiere, pero que sí que tenga una carrera técnica”.
Sostiene que el objetivo es que los jóvenes salgan del liceo sabiendo un oficio que les permita generar ingresos o le sirva de base para continuar con una carrera universitaria.
“Nuestra aspiración es que el muchacho que salga egresado del liceo El Corozo se conozca hasta por su forma de caminar”.
Refiere que con la ayuda de maestros de ciencias naturales se compró la materia prima y con los estudiantes se comenzó la elaboración de productos de limpieza que se usan en el centro para la higiene, sin necesidad de comprarlos fuera.
De este proyecto ya estamos viendo resultados -dice Paulino-. Hay un grupo de jóvenes, que hoy son egresados de aquí, que montaron sus propias pequeñas fábricas de productos químicos para limpieza.
“Nosotros apostamos a que ellos puedan desarrollar sus potencialidades, pero siempre teniendo en cuenta que lo primordial es lo académico”, señala.
Amor y tutoría
La calidad de la educación es algo muy diverso, no puede estar todo concentrado en la mano de una persona. Pero lo que va a garantizar la calidad educativa son sus objetivos como valores, misión y visión y seguir los lineamientos de la escuela de directores.
“No hay mayor desgracia para un estudiante pobre que estudiar en un centro pobremente gestionado”. No es verdad que lo público tiene que ser sucio. En nuestro centro el valor principal es el amor, sostiene el profesor.
Un elemento importante para la calidad de la educación aquí son las tutorías estudiantiles. “Nos gusta los estudiantes que vienen de otros centros con bajas calificaciones para poner en prácticas los proyectos de tutorías y reforzamientos, con lo que hacemos una especie de laboratorio social”, explica Paulino.
Periódicamente –expone- hacemos un rastreo para ver en los registros las calificaciones que han colocado los maestros y ver cuál es el rango de calificación que más se permea. Y qué debemos hacer para cambiar la realidad si no nos favorece, y de esa forma el mismo docente se va retando a capacitarse más, a buscar nuevas estrategias.
Contamos –explica Paulino- con una cantidad elevada de maestros que tienen maestrías, en la parte de idiomas todos tienen licenciaturas y pos-grados en idiomas, los de lengua española todos son licenciados y con maestrías, en matemáticas todos son licenciados en matemáticas y estudiantes de maestrías o de especialidad; y en todas las áreas se tienen las habilidades y las competencias necesarias.
En ese sentido “hemos creado un mecanismo de control de asistencia y de puntualidad; cada día aquí se pasa lista en los registros de los maestros pero también la dirección tiene un control diario de la asistencia de los estudiantes”.
Narra que cuando un alumno tiene cuatro tardanzas se les pone labores de aseo en el centro, se les asignan tareas específicas de manera que entienda el peso de haber faltado a clase.
“Hemos decidido este año desarrollar una política de lo que es un proyecto participativo de aula donde cada maestro, desde agosto hasta octubre con un instrumento elaborado por nosotros va estar visitando cada una de las casas de los estudiantes para tener una mayor cercanía y un mayor contacto con la familia”, dice. Al día de hoy -según nos explica- el promedio de calificaciones de nuestros estudiantes está de 80 a 86 puntos, pero en busca de la calidad queremos lograr que el 100% se eleve a un promedio de 90 a 100.
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