BRUSELAS (Reuters) - Al menos 34 personas murieron el martes en un doble atentado contra el aeropuerto de Bruselas y un tren de metro en hora punta en la capital belga, según la cadena pública VRT, lo que provocó alertas de seguridad en toda Europa occidental y paralizó parte del transporte transfronterizo.
Un testigo dijo que escuchó gritos en árabe poco antes de que dos explosiones sacudieran la abarrotada zona de salidas del aeropuerto. El fiscal federal dijo que una de las explosiones fue provocada probablemente por un suicida.
La cadena VRT dijo que 20 personas habían muerto en la explosión del metro y otras 14 en las del aeropuerto. El ministro belga de Sanidad había hablado poco antes de 11 fallecidos y 81 heridos en el aeropuerto.
Los atentados se produjeron cuatro días después de la detención en Bruselas de un supuesto participante de los atentados de noviembre en París en los que murieron 130 personas.
La policía belga y tropas de combate en las calles estaban en alerta ante cualquier posible represalia, pero los ataques se produjeron en zonas abarrotadas donde no se registran ni bolsas ni personas.
Imágenes de vídeo mostraron la devastación en la zona de salidas del aeropuerto con planchas del techo y cristales esparcidos por el suelo. Algunos pasajeros salían de la terminal con sangre en la ropa. El humo salía de la terminal a través de ventanas rotas y pasajeros bajaban a toda prisa por una rampa, algunos todavía con sus equipajes.
Muchos de los muertos y heridos tenían graves lesiones en las piernas, dijo a Reuters un trabajador del aeropuerto, lo que sugiere que la explosión partió de algún equipaje.
Reino Unido, Alemania, Francia y Holanda, todos temerosos de los efectos colaterales del conflicto en Siria, fueron algunos de los países que anuncian medidas de seguridad adicionales.
Todo el transporte público en Bruselas fue suspendido, como sucedió en Londres durante los atentados de 2005 en el metro que mataron a 52 personas. Las autoridades instaron a no utilizar las saturadas líneas telefónicas, se enviaron tropas adicionales a la ciudad y el Centro de Crisis belga, ante el temor a un nuevo incidente, pidió a la población: "Quédense donde estén".