Juan
Freddy Armando modera el conversatorio con el primer
violoncello de la Orquesta Sinfónica Nacional, el maestro François Bahuaud. |
“La
guerra es el peor estado de violencia colectiva a que se somete la humanidad”,
expresó el artista en el Centro Cultural Banreservas
El
maestro francés François Bahuaud participó en un conversatorio sobre su vida en
el Centro Cultural Banreservas, donde narró que vivió el horror de la II Guerra
Mundial en su niñez, incluyendo la supuesta desaparición de su padre.
El
instrumentista clásico, que fue el primer violonchelista de la Orquesta
Sinfónica Nacional, sostuvo que si la humanidad y sus gobiernos tuvieran
conciencia del valor de la paz, no se registraran ninguno de los conflictos
armados nacionales y regionales que se verifican en el mundo.
“El
mundo parece no tener idea de la importancia de la paz. Hemos vivido el horror
de la guerra, incluyendo la desaparición
de mi padre, con quien perdimos contacto cuando fue al frente y nos indicaron
que el barco en que iba había sido hundido por los alemanes”, afirmó el artista
ante el público que llenó la sala de proyecciones del Centro Cultural para
escucharle.
Refirió
que quienes han vivido el horror y el sinsentido de la guerra, pueden clamar
por la paz para el mundo.
Reveló
que tras muchos meses de perder el contacto con su padre y creer que había
muerto, les llegó a la familia una carta indicando que se encontraba vivo y
destacado en Casablanca, Marruecos.
Recordó
que como niño, uno de los juegos que tenía con sus amiguitos franceses era
recoger y coleccionar fragmentos de bombas que los alemanes arrojaban sobre el territorio
de su patria.
“La
guerra es el peor estado de violencia sin sentido que daña a la población civil
inocente, y observo con mucha pena cómo gobiernos y grupos mantienen focos de
guerras regionales y nacionales en muchas naciones del mundo. Hay que luchar
por la paz”, afirma el maestro Bahuaud.
El arte es gran árbol
El
músico clásico dijo que el arte está compuesto de varias dimensiones, como un
gran árbol que tiene diversas ramas y expresiones: música, pintura, poesía y
danza.
“El
arte es un árbol inmenso que tiene muchas ramas y hojas, diversas formas en que
se expresa para llenar la vida de emociones, entre las cuales la música es una
que requiere técnicas, y elaboración para ser entendida y disfrutada”, analiza
el maestro.
El
primer cello de la Orquesta Sinfónica Nacional dijo que en 1955, siendo músico
de Ensemble Orquestral de París, en la Salle Gaveau, se recibió una carta del
embajador dominicano en esa ciudad, Tulio Franco Franco, indicando que el
gobierno dominicano necesitaba 16 jóvenes músicos para la Orquesta Sinfónica
Nacional, entre los que se encontraba.
Recordó
que la embajada dominicana en Francia los trasladó en primera clase desde París
a Ciudad Trujillo, (como era el nombre de la ciudad en 1955) para integrarse
junto a otros instrumentistas dominicanos, y quedaron admirados al encontrarse
con estructuras como el Palacio Nacional y el Palacio de Bellas Artes, que les
dejaron sorprendidos.
Dijo
que Trujillo asistía prácticamente a todos los conciertos de la Sinfónica Nacional,
entonces dirigida por el maestro italiano Roberto Caggiano, ocupando el centro
del balcón de Bellas Artes, junto a sus funcionarios y su equipo de seguridad.