CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En su exhortación apostólica dada a conocer hoy, Amoris Laetitia (“La alegría del amor”), el Papa Francisco entreabre la puerta de la comunión a los divorciados vueltos a casar, pero rechaza tajantemente el matrimonio entre personas del mismo sexo.
La exhortación aclara que no todos los divorciados que vuelven a casarse viven en pecado mortal, por lo que es necesario hacer un “discernimiento” caso por caso.
Sostiene: “No es posible decir que todos los que se encuentran en alguna situación llamada ‘irregular’ viven en una situación de pecado mortal, privados de la gracia santificante”.
E indica que “estas situaciones exigen un atento discernimiento y un acompañamiento con gran respeto, evitando todo lenguaje y actitud que les haga sentirse discriminados, promoviendo su participación en la vida comunitaria”.
El Papa Francisco señala claramente que estos divorciados “son parte de la Iglesia” y “no están excomulgados”.
Y reconoce que hay situaciones en que la separación de un matrimonio católico es “inevitable” y a veces “incluso moralmente necesaria”, como cuando existe violencia de género.
Y reconoce que hay situaciones en que la separación de un matrimonio católico es “inevitable” y a veces “incluso moralmente necesaria”, como cuando existe violencia de género.
Sin embargo, Amoris Laetitia no señala explícitamente que a estas personas se les permita el acceso al sacramento de la comunión, eso lo deja al “discernimiento” de los sacerdotes.
A estos divorciados los exhorta a que hagan “un examen de conciencia, a través de momentos de reflexión y arrepentimiento”, para así “fortalecer la confianza en la misericordia de Dios”.
Respecto de los matrimonios gay, Francisco considera “inaceptable” que se les compare con el matrimonio entre un hombre y una mujer. Dice al respecto: “No existe fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas”.
Los rechaza tajantemente.
Aunque pide que los homosexuales “sean respetados en su dignidad”, procurando evitar “toda discriminación injusta” contra ellos.
Y por primera vez en un texto oficial elaborado por un Papa se aborda abiertamente el tema del erotismo –tabú para muchos católicos–, aunque finalmente adopta la misma postura de condena.
“La sexualidad no es un recurso para gratificar o entretener”, dice el Papa, quien además rechaza el llamado “sexo seguro” tan en boga actualmente.
De 260 páginas –y estructurada en nueve capítulos y 325 puntos–, la exhortación fija los lineamientos de la Iglesia católica en todo lo que tiene que ver con la familia y el matrimonio.
El documento es fruto de dos sínodos de obispos –el de octubre de 2014 y el de octubre de 2015– donde se abordó el tema de la crisis de la familia en las sociedades modernas. Es, pues, la respuesta de la Iglesia católica a estos desafíos.