Foto de archivo |
DUGUESLIN SANTANA GARCIA
Periodista-investigador.-
Quien suscribe, solo escribe lo que vio y no sabía que lo vería y mucho menos que me encontraría que desde que el reloj marca las 8. 30 comerciantes cierran la llamada calle Duarte de Boca Chica, colocando mesas y sillas, donde llegan ciudadanos de todos los lugares y de todos los estatus entre ellos vendedores de sexo hombres y mujeres y se convierte este lugar que observamos en una especie de malecón en plena calle.
Mientras que también observamos que en este poblado de lugar de gente sana, buena y trabajadora y donde se encuentra una de las playas mas bellas del país pero lugar también donde se vende las drogas en cualquier esquina, especialmente en el área de playa a cualquier hora.
Recorrimos a eso de las tres de la madrugada tres calles de las principales de este poblado, la calle Duarte, la otra la San Rafael y la tercera la calle 20 Diciembre, donde los turistas y vacacionistas que visitan este pueblo se han dominicanizado y viven allí mas extranjeros que dominicanos, aunque uno los ve confundidos uno con otros como viejos amigos.
Al parecer y según vimos en todas las entradas de la playa siempre son vistos los elementos que venden lo que todos saben, pero al parecer que los únicos que no lo saben son los agentes de la DNCD que no actúan en consecuencia o no penetran a esos lugares,,,no se sabe porque.
Mientras que las jovencitas menores de edad deambulan en horas de la madrugada a diario a ver si encuentran algún cliente blanco, extranjero, para que les paguen por servicios sexuales y para ver si con sus servicios consigue el sueño americano, o de cualquier país, de irse de su natal dominicana.
Me dio vergüenza, al ver como una cosa es día y otra es de noche, sobre todo en saber de que en este importante pueblo de gente buena y noble, lleva años siendo cuna de la prostitucion en su gran mayoría con algún tipo de apoyo de las autoridades o de mano invisible, que al igual que yo lo ven y no han hecho nada para corregir pero peor aun ni siquiera lo denuncian.
Mientras que caminaba en la madrugada me encontré con algo diferente nada mas y nada menos que una misa en la iglesia San Rafael de aquí la que queda frente a frente al cuartel de la policía del departamento E-4, el que al parecer no cambian a los agentes de turno ya que el pasado año también lo vimos ahí.
Oficiales de distintas instituciones pagan cientos de miles para que no los muevan de ahí o para que los regresen cuando los trasladan.
Esta hermosa playa es un lugar paradisíaco donde el que viene no quiere irse, para bien o para mal, lo que si es que vimos que aun falta muchas cosas por corregir y por aportar a favor de este pueblo.