Santo Domingo.- Ante los comentarios distorsionadores que se han emitido a raíz de la nota en la que se da cuenta del cierre del bar que operaba en el Salón de los Espejos, ubicado en el Palacio de Bellas Artes, el ministerio de Cultura se ve en la necesidad de aclarar lo siguiente.
Primero, el contrato establecido en abril de 2013 con Alexis Casado, arrendatario de dicho salón, tenía una duración de 15 meses que se cumplieron sin que Casado mostrara el más mínimo interés en renovarlo.
Segundo, el arrendamiento de dicho espacio ascendía a la ridícula e increíble suma de RD$5 mil (cinco mil) pesos mensuales, que Casado nunca pagó.
Tercero, por esa ridícula suma, el bar del Salón de los Espejos no solo utilizaba el espacio -tan necesario para el funcionamiento adecuado de una institución como Bellas Artes- sino que además utilizaba la energía eléctrica, agua, parqueos y otros servicios de este Ministerio sin pago adicional alguno durante casi la totalidad de los 4 años en que estuvo abierto al público.
Cuarto, dicho centro permanecía abierto hasta horas de la madrugada, sin que en el mismo se observaran las disposiciones legales que establece que los centros nocturnos deben dejar de operar a partir de las 12 de la noche, excepto los días viernes y sábado.
A pesar de todo lo anteriormente expuesto, el Ministerio aceptó reunirse con el arrendatario del espacio, cuyos argumentos escuchó y a quien le expuso las razones mencionadas, todas y cada una de las cuales fueron reconocidas ante testigos por Casado.
Como se ha de suponer, ante la situación de incumplimiento de los compromisos de arrendamiento por parte de Casado, al Ministerio no le quedó otra salida que disponer su cierre, independientemente de la política que tiene para los espacios de sus dependencias. Pero tampoco Casado dio la más mínima señal de honrar la deuda acumulada.
Por otra parte, ya en febrero, el director general de Bellas Artes, Félix Germán, había solicitado mediante carta al despacho del Ministro de Cultura, que el Salón de los Espejos volviera a su origen y cumpliera los objetivos por los cuales fue creado.
Germán recordó que el sitio había sido concebido como espacio de encuentro, esparcimiento y tertulia para el público que asiste a los espectáculos a la sala Máximo Avilés Blonda y a la Galería Nacional de Bellas Artes.