José Rafael Sosa
Roberto Salcedo, con Pobres
Millonarios Salcedo muestra un avance en
los esquemas televisivos a que
nos tenía acostumbrados, los cuales no descarta y se siguen manifestando, pero hace
logra ahora un mejor cine. Es una comedia imperfecta, pero con una
calidad su supera otras entregas.
Su mensaje de humildad y solidaridad
comunitaria, y la forma en que resuelve sobre todo el final de su película,
constituyen el avance más destacable. Mantiene deudas con el cine, sin duda
pero Salcedo puede dar mejor cine y superar rasgos negativos que se dejan
sentir, tal cual veremos.
Persiste en Pobres Millonarios, la negativa herencia
televisiva, chistes basados exclusivamente en la palabra, sesgos machistas y discriminadores
que se dejan sentir a cada tanto y exceso de mujeres manejadas más que todo por
su cuerpo.
La comedia que se estrena este jueves
representa un avance de sus valores de
producción, en tomas (como la del Quijote sobre el agua y la escena del pre-final, la mejor escena de
lluvia que hemos visto en el cine local, con excepción de la que naturalmente
se produjo en Pasaje de Ida).
La comedia de Roberto Ángel Salcedo
comporta un abordaje mucho más cinematográfico en el cual resaltan escenas
barriales que debieron demandar un empeño de cine que tiene conciencia de sus
recursos y los llama a pantalla. Prima un empeño de hacer cine y entregar una
historia aleccionadora. Ese es su éxito.
La escena pre-final es una muestra
excepcional y esperanzadora, cumple sus deberes como pieza lúdica, hace reír al
extremo, está mucho mejor cuidada cinematográficamente como historia y aporta
logros en efectos especiales, sobre todo al final.
La ya larga relación de amor y odio de
Salcedo y la crítica, encuentra un giro ante una historia mucho mejor contada,
con su exaltación a la humildad brillante mensaje social.
Las actuaciones
María Castillo, (La viuda Morales) una
maestra del teatro le imprime un sello de tono interpretativo superior, al
igual que Diana Filpo, (la criada) quien desde un rol secundario, se transforma
en la esquina brillante del humor, pese a que está muy limitada a la palabra,
igual que Manolo Ozuna, aun cuando son los dos que más risas provocan.
Filpo es debutante en cine y promete
mucho. Ozuna es un veterano, efectivo para el esquema Salcedo, pero debe tener
ya guiones que le lleven a actuaciones que superen el parlamento.
Roberto Angel, como actor, se inscribe
bien en el coro interpretativo, Manny Cruz reafirma que es un valor con
potencial y Karla Fatule se destaca con luces propias.
No plagia
Pobres Millonarios, que se estrena
este jueves no es copia o plagio de nada aun cuando tiene evidente coexistencia
temática con otras producciones que tratan el tema del rico que se ve hundido
en la pobreza. Baste recordar de Méndigo a Millonario (John Landis,
protagonizada por Dan Aykroyd, Eddie Murphy, 1983) y más recientemente la mexicana
Nosotros los Nobles, (dirigida por Gary Alazraki y escrita por los guionistas
Adrián Zurita y Patricio Saiz, de 2015) con
la que coincide en el tema de una familia que pasa de los millones a la
pobreza. Pero es distinta.
Nos alegra el avance que representa
esta comedia porque apunta en la dirección correcta, esa que obliga a superar
niveles promedio por el afan único de llevar gente a la taquilla. Hay renglones que siguen en rojo, pero se avista un horizonte nuevo en
el cine Salcedo.
Sin dudas que llenará los cines y dará
dividendos, pero el cine no se puede limitar a su vertiente comercial. La
esperanza es que Miranda Films profundice el camino con que nos ha iluminado.
Etiquetas
arte y espectaculo