La naturaleza nos ha demostrado que con ella no se juega; y para muestra la fuerza de los huracanes, que en la actualidad están considerados como una de las principales amenazas naturales que enfrenta la humanidad. No es para menos si tomamos en cuenta escenarios como el ocurrido en la temporada de huracanes de 2017 en el Atlántico que, con un total de 17 tormentas registradas, de las cuales 10 se convirtieron en huracanes; está catalogada como la quinta más activa desde que se llevan registros de los ciclones a partir de 1851, según el Centro Nacional de Huracanes (CNH).
Incluso, dada la actividad que presentó en número e intensidad de dichos fenómenos, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos calificó la temporada de 2017 como "extremadamente activa" y la más devastadora en lo que va del siglo XXI, después de la registrada en 2005.
Además de los daños asociados con el medio ambiente y contra la vida de las personas, los huracanes pueden causar graves perjuicios a la infraestructura habitacional y comercial, dejando edificios y casas inundados y hasta destruidos.
Las líneas eléctricas y las empresas de servicios públicos son extremadamente vulnerables a daños por huracanes o tormentas severas; y aunque ante un huracán siempre se pondrá sobre cualquier otra cosa, la vida humana; es importante que durante y después del desastre se cuente con energía eléctrica de respaldo, pues es casi seguro que las redes de distribución sufrirán interrupciones o quedarán totalmente inhabilitadas, en esto, el país y estado de la infraestructura eléctrica juegan un papel importante ya que esto influye que las interrupciones duren unas horas, días o meses.
¿Quién no recuerda a “María” ?, un huracán devastador que, tan sólo en los primeros momentos, dejó sin luz a 3,4 millones de habitantes de Puerto Rico, donde aún hoy se sufre por apagones debido a que no ha sido posible restablecer el servicio de manera total. También en República Dominicana, María dejó sin electricidad a más de 180 mil 794 clientes, según datos de la Dirección de Distribución de EDENORTE Dominicana.
Como cada año, la amenaza se vuelve a hacer latente, pues según el Centro de Predicción Climática de la NOAA, la temporada de huracanes 2018, inicia formalmente el 15 de mayo y finaliza el 30 de noviembre para la cuenca del Pacífico oriental y central, mientras que, en la cuenca del Atlántico, incluyendo el Golfo de México y mar Caribe, la misma comienza el 1 de junio y termina oficialmente el 30 de noviembre.
Energía de respaldo: clave para estar preparados
“Siempre es mejor estar preparados para cualquier emergencia, y no ser sorprendidos por un desastre natural”, señala Frank Moreno, Sr Director Marketing & Distribution Development Latam en Generac. “Consideramos que podemos ofrecer soluciones viables para guiar a los dueños de viviendas y negocios para contar con la energía eléctrica necesaria durante y después de la tormenta, pero también sabemos que es crítico que los propietarios entiendan que la mejor manera de prevenir es estar preparados”.
Generac cuenta con la más amplia gama de productos en el mercado, incluyendo los generadores de respaldo residenciales, comerciales e industriales, así como los generadores portátiles y móviles utilizados en una variedad de aplicaciones.
Aunque la temporada de huracanes es prolongada, es importante prepararse con anticipación a la emergencia. En este sentido, la energía de respaldo ofrece a los residentes la posibilidad de continuar su vida ordinaria; por ejemplo, mantener sus alimentos conservados por un mayor periodo, extraer agua de tanques o cisternas, mantenerse comunicados, sentirse más seguros y protegidos, entre otros.
Así mismo, los negocios también necesitan continuar con sus actividades, lo cual es prioritario en este tipo de desastres, ya que la mejor forma de ayudar al área devastada es dando impulso a su economía. Los generadores portátiles de electricidad mantienen operando las aplicaciones críticas del negocio, las luces de las instalaciones permanecen encendidas, los dispositivos móviles como teléfonos inteligentes y computadoras portátiles pueden ser recargados, y las actualizaciones del estado del clima pueden estar disponibles en la TV, radio o internet, para apoyar la toma de decisiones y seguir facturando.
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