El
musical ratifica el talento y la voluntad de una generación joven que opto por
el género escénico más exigente, y ha tenido la certidumbre y claridad de crear
un espacio nuevo, y más amigable.
Jose
Rafael Sosa
Cuando
un montaje de teatro musical que había dejado, hace cinco años en agosto de
2012, en el Palacio de Bellas Artes, un sello de belleza total, una de
las más hermosas maneras de llevar el Evangelio de San Mateo, vuelve a montarse
en otro espacio.
Godspel,
con otra conceptualización, denominada modernamente “Revival”, logra llevar al publico al paroxismo entusiasmado, que
aplaude a rabiar, entonces es tiempo de entender que el género escénico más exigente ya paso su etapa de anunciar
que una generación de relevos está en camino. Los impactos en la gente,
sobre todo al final de los números más impactantes, no son fácilmente
describibles. Gritos y extendidos aplausos de pie, hablan de la calidad de lo
que transcurre.
Godspell,
en esta entrega renovada al punto de ser otro montaje sobre un mismo texto
cristiano, cargado de valores y llevado en los garfios del danzar y el cantar al
tono de los tiempos, con instrumentos de penetración.
Quienes
vimos el primer montaje, hace cinco años, sabemos de acto de valentía volver
sobre un proyecto dado, y dotarle de nuevos colores y sentidos, de un renovado
talento cruzado por una directriz común: la juventud.
Elemento
crucial es una escenografía electrizante de Valentina Grillo, una dirección
vocal que logra una experiencia auditiva simplemente extraordinaria,
responsabilidad de Paola González.
Impactante el universo musical bajo la conducción de
Junior Lomba, para solo citar algunas de las densidades sensibles que sumaron
experiencias talentos y voluntad para el acto de fe en el arte que
representa este trabajo, imperdible para todo el que pueda verlo.
La
técnica
Godspel
es un logro basado en una depurada técnica: elementos técnicos: impecable y efectista vestuario (Miguel Ángel
Rodríguez); el maquillaje de Claudia González); la utilería (Luis Jose Jiménez)
y el espectro lumínico y reproducción sonora (a cargo de la empresa Backstage)
Con
este trabajo el Studio Theater, de Acropolis Center, nos convence del sentido
transformador que ha llevado a los centros comerciales, a aceptar en su oferta
al público, la oferta del arte en sus más altas expresiones.
Las
interpretaciones
Las
15 canciones interpretadas, presentadas en dos actos, son un registro de
talentos en el cual se destaca el protagónico de Javier Grullón, vuelve a
mostrar el arranque y la fuerza con que la vida le ha premiado para trascender
mucho mas allá de lo que los titulares puedan destacarle.
Resuelto
y con sentido de su responsabilidad como artista de escena, Javier ha ampliado
la herencia paternal que descubrimos muchos anos antes en Kenny, desde sus
primeras apariciones en el mundo precursor de esta disciplina, mostrado por la
Sanlley, a quien no habrá forma de recompensarle por haber hecho lo que hizo
por esta disciplina.
Diferenciado
es el papel, la voz y la gracia penetrante de Claudia González, sobre todo en
sus tonos mas agudos. Esa mujer sella con su intensidad, todo escenario.
Nos
quedamos con un agradable recuerdo de lo que entregan los roles secundarios de
Vladimir Rodríguez, Karla Fatule, Laura Guzmán, Alejandro Espino (a quien vimos
en La Familia Adams, como Lucas) y el prometedor e inolvidable
Jared Gómez (al que disfrutamos en su protagónico de El Principito), la
atrevida de Mavel Paulino.
Pie
de foto
Godspell
resulta un montaje sobre el Evangelio según San Mateo. texto cristiano, cargado
de valores y llevado a la gente de la mejor manera en los garfios del danzar y
el cantar colectivo en el Studio Theater.
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Arte y espectaculos