Las autoridades investigan la aparición de 11 cadáveres en un casa de Nueva Delhi (India). Diez cuerpos pertenecen a miembros de una misma familia y se encontraron ahorcados de una viga, mientras que el otro pertenece a una mujer de 77 años y fue hallado tendido sobre el suelo de una habitación contigua.
"Hemos encontrado los cuerpos de siete mujeres y cuatro hombres, entre los que había cuatro adolescentes", especificó Rajesh Khurana, comisario de Policía de Nueva Delhi, quien señaló que las autoridades están investigando el suceso desde "todos los ángulos posibles" y no descartan ninguna hipótesis.
Las 10 personas ahorcadas tenían los ojos y la boca tapados con trozos de una sábana. Por su parte la mujer de 77 años, supuestamente, murió estrangulada. Unos mensajes escritos a mano descubiertos por los investigadores indican todo puede tratarse de un "suicidio masivo relacionado con un ritual espiritual-místico", tal y como explicó Khurana.
"Es posible que la mujer mayor fuera estrangulada puesto que no estaba en condición de subirse a un taburete. Estamos investigando si los jóvenes fueron asesinados o convencidos de dar ese paso extremo", comentó el policía.
"Hemos encontrado unas notas que detallan cómo las manos y las piernas deben estar atadas y la manera en la que los cuerpos de las 10 personas fueron encontradas refleja lo que aparece escrito en las notas. Son notas precisas y las estamos analizando", prosiguió el comisario con sus declaraciones, tal y como recoge 'Times of India'.
Otras fuente policiales indican que en las notas encontradas "hablan de cómo una persona puede superar el miedo cubriéndose los ojos y la boca, de cómo una persona puede alcanzar la salvación y cómo el cuerpo humano es temporal, pero el alma sigue viviendo".
La agecia de noticias local AN asegura que todas las víctimas pertenecían a la misma familia, los Bhatia. Entre los fallecidos hay un hombre de 75 años, su hija, dos hijos, sus esposas y cinco nietos con edades entre 15 y 33, según informó la 'BBC'. Todos vivían en una casa de tres pisos en Burari, un barrio de clase media situado en el norte de la capital india, desde hacía más de 20 años. La familia operaba dos negocios situados en la planta baja.
Según los testimonios citados por BBC, todos los miembros de la familia eran muy activos dentro de la comunidad y eran "religiosos, felices y tenían una situación financiera cómoda". Una de las fallecidas, Priyanka, de 33 años, se acababa de comprometer y había celebrado una gran fiesta a la que invitaron a gran parte de los vecinos.
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