El proceso de envejecimiento cutáneo es algo continuo del ser humano. La genética, los factores ambientales, el estilo de vida y los hábitos tóxicos contribuyen en mayor o menor medida al reflejo de los años en la piel, indica la cirujana dermatóloga Doctora Marisa Vólquez, del centro Dermatología Vólquez.
La experta explica que “por naturaleza se producen cambios estructurales como adelgazamiento de la epidermis de 10-50% entre los 30 y los 50 años, los mecanismos reparadores del estrés oxidativo tienen una menor eficacia y hay una notable disminución de las fibras de colágeno, alteración de los fibroblastos, melanocitos y las fibras elásticas dando como resultado las arrugas, manchas, atrofia cutánea, cánceres de piel, pecas, entre muchos otros”.
Asimismo indica que para el tratamiento del envejecimiento cutáneo, lo ideal es la prevención primaria con la protección frente a la radiación UV.
“No obstante, cabe hablar de opciones de prevención secundaria y terciaria. Los tratamientos tópicos a base de Vitamina C, Retinoides, antioxidantes constituyen una base sólida para iniciar. Los peelings químicos, el láser logran modificaciones importantes en la superficie cutánea. La toxina botulínica y los rellenos dérmicos relajan la musculatura y se dirigen contra la atrofia dérmica y tejido subcutáneo. Mejoran las arrugas finas y la tonalidad de la piel envejecida”, expresa la doctora Vólquez.
De igual forma indica que tanto el ácido hialurónico como la toxina botulínica son los procedimientos mas solicitados, pero al mismo tiempo dice que existe mucho temor de parte del paciente relacionado muchas veces a una mala practica anterior (personal o de algún conocido), sobrecorregido o transformado.
“A pesar del fácil acceso que tienen hoy en día los pacientes a la información todavía existe una gran confusión sobre cómo, cuándo o dónde pueden ser aplicados los tratamientos del ácido hialurónico y toxina botulínica, por lo que recomiendo documentarse y tener los conocimientos básicos necesarios antes de someterse a cualquier procedimiento antienvejecimiento pues la finalidad no es convertirlos en médicos sino educar, a quienes tienen el interés de mantener la juventud en su piel para disminuir el riesgo de efectos no deseados”, expresa la experta.
Marisa dice que los términos “rellenar” y “paralizar” se utilizan a la ligera y en muchas ocasiones de manera incorrecta.
“Durante mis consultas me preocupo en evaluar la necesidad individual de cada paciente. Primero conversando sobre qué le preocupa, le planteo opciones de tratamiento de acuerdo con su necesidad, explicando detalladamente de qué se trata cada una, sus ventajas y desventajas. Al final, es una elección consensuada y segura”.
Marisa refiere además que tanto la toxina botulínica como el ácido hialurónico son excelentes alternativas para disimular el paso del tiempo por nuestra piel ya que según afirma se trata de sustancias obtenidas a través de biotecnología.
“En sus inicios el uso mas frecuente del ácido hialurónico era para voluminizar surcos y líneas profundas, pero ese concepto ha variado con el tiempo. Hoy en día la diversidad de sus moléculas lo hacen ideal para prácticamente cualquier área, además también de aportar hidratación y firmeza”, expresa la doctora.
Por igual aduce que la toxina botulínica por su efecto deparálisis es ideal para arrugas de la mímica facial, es decir; aquellas provocadas por el movimiento de los músculos al hacer gestos como son la frente, el entrecejo y las perioculares o patas de gallina. Otros usos off label son para los tercios medio e inferior facial incluyendo además el cuello.
La doctora Marisa Vólquez informó que el ácido hialurónico y la toxina botulínica se suelen utilizar de forma individual pero también se obtienen magníficos resultados con la combinación de ambos. Para esta técnica refirió como necesario la experiencia por parte del especialista que aplica el producto.
“La importancia de una consulta con su dermatólogo es precisamente evaluar en conjunto cuál es su mejor opción de tratamiento. Por ello en cada consulta me enfoco en conocer a profundidad qué espera el paciente brindando un servicio ético de alta calidad”, concluyo diciendo la doctora Marisa Vólquez.
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