Julio tenía planeada una nueva gira mundial que iba a empezar el próximo diez de septiembre y, a prácticamente quince días el evento lo ha cancelado todo. La actuación iba a ser en Uzbekistán y era el inicio de su tour así que al no poder cantar allí, han saltado las alarmas.
Por ahora es el único show cancelado de los que tenía planeados en Tel Aviv, Dubai y Moscú. Eyre hipnotiza sobre el posible estado de salud de la estrella de la canción y no comprende porqué tanto secretismo.
De hecho, esta falta de información o contacto de Julio no es solo con la prensa y de cara a los medios sino que sus propios amigos le han comentado que les es imposible verle o hablar con él, así lo recoge la escritora: “Sigue habiendo un gran secretismo en torno a la salud de nuestro Julio. Aunque se ha dicho que está en Ojén descansando con su familia y haciendo vida normal, la verdad es que sus amigos con los que solía reunirse todos los veranos, no solamente no le han visto, ¡sino que no han conseguido ni siquiera hablar con él por teléfono!”
Esto preocupa a los que quieren a Julio porque, si son amigos, ¿qué le impide coger el teléfono y hablar un rato para acallar rumorología? O, en caso de que no esté en su mejor momento, ¿por qué no hacer un comunicado como la figura pública que es y no alimentar hipótesis que pueden ser desacertadas? No tiene sentido.
El cantante no tiene intención de someterse a las pruebas de ADN que le pide Javier Sánchez, el hijo que tuvo presuntamente con la bailarina Edite Santos.
La prensa no le ha hecho ni una foto porque no aparece por ningún sitio, ni siquiera en su típica exclusiva veraniega de portada. Pero, ¿realmente son problemas de salud o tiene mucho que ver la prueba de paternidad que le reclama su presunto hijo secreto? Quizás la situación le supera dado que si él no se hace la prueba, se podría exhumar el cadáver de ‘Papuchi’ y eso sería traumático para toda la familia.
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