Humorista cuenta lo que hacía su padre para que él y sus hermanos se olvidarán de comer
Santo Domingo, RD. En una conmovedora entrevista ofrecida al programa “Esta noche Mariasela”, Ramón Figueroa Pozo, mejor conocido como Raymond Pozo, habló sobre cómo fue su vida en su niñez y todo el proceso por el cual tuvo que pasar hasta llegar a convertirse en uno de los humoristas mejores valorados del país.
“Yo recuerdo una niñez llena de escasez, pues éramos diez hermanos y mis padres no tenían trabajo fijo, no teníamos nada. Nos faltaban alimentos y recuerdo que llegué a llorar de hambre porque mis padres aunque querían buscarnos que comer no tenían posibilidad, no tenían nada”, fueron algunas de las palabras expresadas por Pozo, quien destacó que a pesar de estas precariedades siempre fue un niño feliz porque sus padres lo enseñaron a valorar las verdaderas cosas importantes, como la familia y los amigos.
Durante el conversatorio con la conductora Mariasela Álvarez, Raymond recordó como su padre a la hora del almuerzo lo encerraba en la casa junto a sus hermanos y comenzaba contarle chistes para que se olvidaran de comer.
Asimismo habló sobre las precariedades por las que tuvo que atravesar para ir a la escuela y las burlas que sufrió cuando llegaban los días de entrega de calificaciones y sus compañeros de clase iban con ropa diferente y él tenía que ir con uniforme porque era lo único que tenía. Pero confesó que esto lo llevó a convertirse en sastre y confeccionar su propia ropa.
Sobre su conversión a Dios, indicó que fue por “amor y convicción”, y habló sobre la fuerte depresión que le causó perder a su madre. “Estuve dos años en depresión, yo no quería saber de mí, por eso digo que la protección de Dios siempre estuvo conmigo”.
Pozo aclaró que con entregar su vida a Cristo y sus predicas no busca ser pastor de ninguna iglesia, “solo quiere servirle a Dios y para eso no se necesita ninguna posición”.
Ante las críticas que ha recibido por el trabajo que hace en los medios, dijo “Yo soy un hombre lleno de defectos, quiero que cada día Dios me minimice más a mí para que Él brille y se le quite la venda de la religiosidad a la gente. Porque la religiosidad tiene secuestrada la fe hace mucho. La religiosidad no admite que nosotros como figura pública también seamos cristianos y que podamos salir a la calle a predicar. La gente cree que tú tienes que dejar lo que haces para seguir a Dios. Lo que yo hago es un papel… solo estoy cultivando un talento que Dios me dio”.
El humorista también platicó sobre cómo llegó al humor y aquellas personas que le ayudaron en este proceso.
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