Los procedimientos quirúrgicos en las últimas décadas han sido facilitados debido al avance de la tecnología, lo que resulta en tiempos de recuperación más cortos, menos complicaciones y estancias hospitalarias reducidas.
Un ejemplo de esto es la cirugía de próstata laparoscópica y robótica que se lleva a cabo en el Instituto de Urología y Riñón Glickman de Cleveland Clinic. Este tipo de cirugías tiene como fin tratar a pacientes con cáncer de próstata basándose en el uso de aparatos tecnológicos.
En la cirugía de próstata abierta, la próstata se extirpa mediante una incisión más grande en la parte inferior del abdomen, mientras que en la cirugía de próstata laparoscópica se llevan a cabo incisiones con agujeros que se utilizan para insertar un instrumento de visión iluminado (laparoscopio) en la región pélvica y este permite el examen y la extirpación de la próstata sin una gran incisión abdominal.
Estos procedimientos se realizan a través de pequeñas incisiones en forma de ojo de cerradura que no cortan los músculos. La prostatectomía laparoscópica y robótica ofrece a los cirujanos una visualización sin comparación del área, lo que permite una extracción precisa de la próstata. Los pacientes también experimentan una pérdida de sangre significativamente menor.
A diferencia de la cirugía abierta tradicional, la cirugía laparoscópica y robótica requieren solo de cuatro a cinco incisiones pequeñas con ojal, a través de estas incisiones, un cirujano usa un potente endoscopio de alta precisión (una cámara diminuta) e instrumentos quirúrgicos especializados para extirpar la próstata.
Ambas son técnicas mínimamente invasivas para realizar prostatectomía radical contra el cáncer. En la prostatectomía radical laparoscópica, el cirujano se para junto a la mesa de operaciones y él mismo manipula los instrumentos, mientras que, en la prostatectomía robótica, el cirujano está sentado junto a una consola robótica cerca del paciente, desde donde conduce los instrumentos robóticos para realizar la operación. El robot reproduce fielmente y con precisión las maniobras sofisticadas del cirujano.
Cleveland Clinic fue el primer centro médico estadounidense en realizar rutinariamente cirugías de próstata laparoscópica y entre los primeros en realizar prostatectomía radical robótica. Ahora las cirugías laparoscópica y robótica les permiten a los cirujanos realizar este complejo procedimiento de forma mínimamente invasiva, con más precisión y ofreciendo a los pacientes mejores resultados.
Cleveland Clinic utiliza el sistema quirúrgico robótico de última generación que ha sido aprobado por la Administración de Medicamentos y Alimentos, FDA, por sus siglas en inglés, para su uso en la realización de muchos procedimientos quirúrgicos, que incluyen prostatectomías radicales, cirugía laparoscópica general, cirugía toracoscópica (tórax) y procedimientos cardíacos.
Los beneficios son similares entre la cirugía de próstata robótica y laparoscópica. Los pacientes generalmente pueden irse a casa el día después de la cirugía de próstata, y pueden regresar a sus actividades de la vida diaria a los siete o 10 días después de la cirugía, a diferencia de los pacientes que se someten a cirugía abierta quienes generalmente tienen de cuatro a seis semanas antes de poder reanudar las actividades cotidianas de la vida diaria. Los pacientes de cirugía de próstata robótica y laparoscópica generalmente experimentan menos dolor postoperatorio y malestar, y tienen una recuperación más rápida. También experimentan significativamente menos hemorragia intraoperatoria.
La prostatectomía robótica y laparoscópica utiliza incisiones pequeñas y es altamente precisa, el riesgo de incontinencia es bajo y la técnica quirúrgica se refina continuamente para mejorar la potencia.
La precisión en la capacidad de preservar el paquete nervioso responsable de las erecciones es un factor que destacar en la cirugía laparoscópica y robótica de próstata. Sin embargo, el grado de función sexual de la prostatectomía radical está determinado por diversos factores como son la edad del hombre y cuán sexualmente activo era antes del procedimiento.
En Cleveland Clinic, la tasa de potencia de 82%, al año después de la prostatectomía radical laparoscópica en pacientes con erecciones preoperatorias excelentes, se encuentra entre las mejores de los estudios de esta categoría.
En el proceso postoperatorio, la estadía en el hospital es de uno a dos días. Cleveland Clinic se encarga de brindar al paciente atención diaria mientras esté en el hospital y de darle instrucciones detalladas después de la cirugía, antes de ser dado de alta. Se le recomienda no conducir por los siguientes siete días luego de la cirugía. Las actividades físicas en el postoperatorio no son restringidas, solo se recomienda hacer lo que el paciente pueda tolerar.
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