Un matrimonio británico ha querido tener un nieto de una forma nada común. Tras la muerte de su único hijo, la pareja decidió buscar la forma de tener un heredero con el esperma del fallecido. Esto ha levantado polémica en el Reino Unido, ya que, como es obvio, el matrimonio no pidió permiso a su hijo para extraer el esperma que había sido recogido antes de su muerte.
Después de conseguir el material biológico, el matrimonio viajó a Estados Unidos para tener un hijo mediante una gestación subrogada, una técnica prohibida en el Reino Unido.
“Es algo inusual, pero que un honor ayudar a la pareja”, asegura David Smotrich, encargado de la intervención. Este proceso ha costado al matrimonio entre 60.000 y 100.000 libras.
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