En la última década las autoridades dominicanas que tienen incidencia en la protección de los recursos costeros y marinos, han adoptado una serie de medidas para la conservación de los recursos pesqueros y especies acuáticas en peligro de extinción. Desde el reforzamiento de las vedas, la creación de acuerdos de co-manejo de áreas protegidas marinas con diferentes organizaciones sin fines de lucro, incluyendo la creación de reservas pesqueras y el aumento en la vigilancia y control de las áreas costeras.
Cada una de estas medidas son necesarias y han sido comprobadas científicamente, no obstante a que se hace necesario lograr una implementación efectiva que pueda mantener la coherencia entre la estructura regulatoria y la coordinación entre entidades de los sectores públicos, privados y sociedad civil para continuar trabajando a favor de la protección ambiental
“Sin embargo, a pesar de contribuciones positivas al medio ambiente, la implementación de límites de explotación pesquera también crea un reto socio-económico importante para el país. ¿Cuál será el impacto a los miles de pescadores artesanales que dependen de la pesca para el sustento? Por ejemplo, se estima en ciertas zonas del país, entre el 40% a 60% de la captura local es pez loro, una especie que estuvo en veda durante los últimos dos años. ¿Que alternativas de vida viables se puede encontrar para esos pescadores? “, plantea Jake Kheel director ejecutivo de la Fundación Grupo Puntacana
Bajo esta premisa la Fundación Grupo Puntacana ha adoptado una serie de medidas que pueden ser replicada en otras regiones del país, con el propósito de integrar a los pescadores artesanales de la zona en el sistema productivo alrededor de las costas pero asumiendo otras tareas que en lugar de incidir negativamente en estos recursos puedan convertirse en guardianes de su conservación.
“Hace cinco años debido al crecimiento del programa de restauración de corales necesitábamos más personal. La restauración de coral requiere manos de obras trabajando en viveros sub-marinos, un trabajo manual que no requiere mucha experiencia técnica sino práctica bajo el agua. En lugar de contratar biólogos marinos decidimos certificar a un grupo de pescadores locales como buzos y les entrenamos en la restauración de corales. Hoy en día tenemos contratado un equipo de “jardineros de coral” constituido por ex -pescadores que han dejado su antiguo oficio de arponear los peces colorados de los arrecife” manifiesta el especialista.
A partir de los resultados del programa de restauración de corales el Grupo Puntacana creó una política de priorizar la contratación de pescadores en diferentes áreas de la Fundación. “El objetivo es dar alternativas de empleo dignas y bajar la presión de la pesca artesanal no regulada en los arrecifes”, señala Kheel quien estará impartiendo una charla a los pescadores, autoridades y empresarios turísticos de Barahona durante la segunda edición de la Fiesta del Mar en la Perla del Sur.
Otros de los proyectos desarrollados por el Grupo Puntacana fue la incorporación de un grupo pescadores para el cuidado y limpieza de dos kilómetros de las barreras flotantes que se instalaron en las playas para protegerlas sobre las grandes cantidades de sargazos que empezaron a llegar a la zona a partir del 2011.
“La integración de pescadores al turismo ha tomado un carácter corporativo. Actualmente contratamos a la Asociación de Artesanos y Servicios Marítimos (ASERMAR) una entidad incorporada por los pescadores y sus familiares quienes ofrecen una variedad de productos y servicios relacionados como el mar. Además de los equipos de ‘jardineros de coral” y el equipo “anti sargazo”, hay un grupo de mujeres que producen artesanía de pez león (una especie invasora) y otros productos para venta en las tiendas, hoteles y aeropuerto de la zona. También hay un grupo de pescadores que se especializan en la pesca del pez león y participan en un mercado local en Puntacana Village los sábados donde venden su captura directamente al público”.
La lección más importante de la experiencia de Fundación Grupo Puntacana es la necesidad de complementar los límites de explotación pesquera con la creación de nuevas oportunidades para la comunicad de pescadores y sus familiares. Asimismo, el sector privado debe constituirse en un actor clave para encontrar soluciones de empleos nuevos para así convertir en actores de impacto positivo ala protección de la biodiversidad y los recursos naturales. “La integración del sector privado a las iniciativas de conservación del estado no es solamente una meta loable, es imprescindible.
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