Un sector de la clase política dominicana ubicado en el Partido
Revolucionario Moderno (PRM) ha vuelto a poner en el debate político nacional una
vieja manera de hacer oposición política que hace tiempo se entendía había sido
superada.
De verdad que no alcanzo entender como una entidad partidaria como el PRM que,
al decir de sus fundadores, se creó inspirada en valores y postuladas modernos
y revolucionarios, haya incurrido en la reproducción de prácticas políticas tan
rastreras.
Habla muy mal de la oposición, que a estas alturas del juego algunos dirigentes y seguidores del PRM, estén
fundamentando su discurso de campaña en
un tema tan asquerosa y tenebrosa como la narco política.
De manera que, resulta inaceptable
que el PRM le haya permitido al doctor Guido Gómez Mazara divulgar en los
medios de comunicación, sin antes investigar, la falsa información de que el
avión apresado con 350 kilos de cocaína en Bélgica, supuestamente pertenecía a
la empresa Helidosa Aviation Group, propiedad del candidato presidencial del
Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Gonzalo Castillo.
No, no, no lo puedo creer, que un
partido político como el PRM que provine del PRD de José Francisco Peña Gómez,
quien fuera víctima tantas veces de este tipo de campaña rastrera, hoy sea
capaz de reproducir esa nefasta práctica en pleno siglo XXI.
Entristece sobre manera, que en este tramo de la campaña electoral y en la
actual coyuntura, se pretenda involucrar
de forma perversa a actores políticos y candidatos presidenciales dominicanos,
no importa del litoral que sea, en algo tan vergonzoso como el tráfico de
estupefacientes.
El debate político no puede degradarse a ese nivel, los actores políticos
de este siglo XXI, vengan de donde vengan y estén donde estén, tienen que
sacudirse y no permitir que miembros, dirigentes y simpatizantes de su grupo
político incurran en estas travesuras.
Y ante un acto tan bochornoso y despreciable, yo pienso, pregunto y digo: ¿qué
puede estar pasando en esa organización política que le hace cometer y tolerar
este tipo de actos repudiables?
El autor es periodista y
magister en derecho y relaciones internacionales. Reside en Santo
Domingo.quezada.alberto218@gmail.com
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