POR ALBERTO QUEZADA
Con frecuencia escucho salir de labios irresponsables la supuesta intención del actual Gobierno dominicano de maniobrar para que próximo 5 de julio de este año en este país no se celebren elecciones presidenciales y congresuales.
Pero no se detienen ahí, esas mismas voces irresponsables pertenecientes a litorales políticos y económicos, han tenido el tupe de plantear en medio del ascenso de los contagios que registra Covid-19, con más de 500 nuevos casos en un día, abrir este país a la productividad total. Insólito.
Es una suerte de discurso intimidatorio, de cuco, de chantaje, el que se pretende llevar al ánimo de las autoridades del Gobierno, con la finalidad de doblegar cualquier intencionalidad de posponer el esperado certamen electoral.
En conclusión, esos profesionales de la agitación entienden que las elecciones presidenciales y congresuales del próximo 5 de julio tienen que celebrarse llueva, truene o venté.
Al parecer, a esos colectivos sociales poco les importa la salud y la vida de los miles de dominicanos y dominicanas que pudieran enfermar y perecer si se tomara una decisión precipitada. No, lo prioritario para ellos son las elecciones. Que bárbaros!
Ante esa posición tan obcecada, irracional y desesperada de esos sectores, es bueno hacer algunas observaciones para que luego no se diga que nadie hizo las puntualizaciones correspondientes. Veamos.
Si el Gobierno dominicano se pone de espalada a las recomendaciones y orientaciones que emanan de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las recomendaciones de los reputados y experimentados técnicos nacionales y desmonta las medidas, que se prepare para lo que viene. Contagios y muertes por doquier.
Si las autoridades ceden a las presiones de la calle y algunos grupos económicos para que se normalicen las actividades productivas, sobre sus hombros se galvanizarán la mancha gris ante la historia de haber actuado con blandenguería.
De manera que, debe entenderse que la situación sanitaria que vive este país no está para coger chantajes ni presiones, aquí la prioridad debe ser la salud de la gente y luego de garantizado esto, pensar en el diseño y puesta en marcha de un plan de recuperación económico y realizar las elecciones. Más nada.
El autor es periodista y magister en derecho y relaciones internacionales. Reside en Santo Domingo. Quezada.alberto218@gmail.com
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