En una extensa fila en la única entrada que se abrió hoy para entrar a la estación Mamá Tingó, en Villa Mella, del Metro de Santo Domingo, muy pocos no tomaron en cuenta la distancia exigida entre una y otra persona, y ya muy próximo a la puerta los agentes del Cesmet eran más estrictos con los usuarios para que permanecieran separados y en una linea amarilla del pavimento que se creó para esos fines.
Al hacer finalmente la entrada a la estación un agente rociaba en las suelas de los zapatos un alcohol y al usuario dirigirse a las escaleras le sugerían que dejaran tres escalones por persona.
Los andenes también tienen pintadas rayas horizontales para que las personas no salgan de ellas y dentro del vagón la mayoría de los asientos, para cuatro usuarios, solo tenían dos.
El Metro de Santo Domingo empezó este miércoles a transportar pasajeros después de dos meses de estar paralizado, como parte de las medidas del estado de emergencia que se han dispuesto para evitar la propagación del covonavirus.
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