La portada de Kamala Harris en el número de febrero de Vogue ha levantado ampollas tanto por el atuendo casual que luce la actual vicepresidenta electa de los Estados Unidos como por los retoques digitales que se habrían hecho a la imagen para aclarar su tono de piel. A la revista no le ha quedado más remedio que salir al paso de las críticas que le están lloviendo por la forma en que ha retratado a la primera mujer negra en ocupar ese cargo -con unas deportivas de la marca Converse y una camiseta blanca- para aclarar que la elección de un vestuario desenfadado fue deliberada.
"A todo el equipo de Vogue le
encantaron las fotografías que realizó Tyler Mitchell y creíamos que la
más informal capturaba la naturaleza auténtica y accesible de la
vicepresidenta electa, que consideramos que es el sello de identidad de
la administración Biden/Harris", han señalado desde la biblia de la
moda.
Desde la publicación también han hecho hincapié en que la
edición digital muestra a Harris ataviada con un traje azul mucho más
sobrio que, junto con la otra instantánea, vendría a reflejar el papel
que jugará a la hora de ayudar a liderar el país en un momento
histórico, o al menos esa era la intención de Vogue.
Se rumorea que
el equipo de Harris creía que esta última fotografía sería la que se
elegiría para la portada física y que solo se enteraron del cambio de
planes cuando la revista ya había visto la luz.
Viene de:yahoo.com