Al
conmemorarse el pasado cuatro de febrero el Día Mundial del Cáncer y el
próximo 28 de febrero el Día de las Enfermedades Raras (leucemia
linfocítica crónica y leucemia mieloide crónica) la hematóloga
dominicana Mariana Mañón, resaltó la importancia de la detección a
tiempo de enfermedades de la sangre, y cómo esto se traduce a una mejor
respuesta en el tratamiento.
El "cáncer de sangre" comprende un grupo de enfermedades que afectan a la médula ósea y a las células sanguíneas. En consecuencia, puede haber una sobreproducción de células malignas o la producción insuficiente o anómala de células que impide que la sangre realice muchas de sus funciones, entre ellas combatir las infecciones, oxigenar los órganos vitales o prevenir hemorragias graves.
Las enfermedades hematológicas se encuentran en el tercer lugar en la clasificación general del cáncer, luego de los procesos malignos de pulmón y mama. Los linfomas, leucemias y el mieloma múltiple, son los tipos más frecuentes.
A pesar de que estas enfermedades son cáncer, son diagnosticadas y tratadas por especialistas en hematología, siendo la única especialidad médica que trata enfermedades malignas y no malignas.
Detección temprana
“El
cáncer de sangre comprende un grupo muy variado de enfermedades en
cuanto a su evolución, presentación y tratamiento. Sin embargo,
comparten una característica común: si se diagnostica tempranamente, es
más probable que el tratamiento sea más eficaz, ya que aumenta
probabilidad de supervivencia” explica Mañón, quien labora en el Instituto Oncológico Heriberto Pieter.
A pesar de que estas malignidades suelen ser incurables, en la última década se han logrado grandes avances a través del conocimiento molecular y las alteraciones genéticas que ocurren logrando la introducción de nuevas terapias, en especial con la leucemia mieloide crónica y la leucemia linfocítica crónica, así como algunos tipos de linfoma. Es alentador la introducción de nuevas terapias biológicas para tratar el mieloma múltiple, haciendo esto que el paciente viva más tiempo sin enfermedad y con mejor calidad de vida.
Una detección a tiempo se traduce en una vida más larga sin enfermedad.