Un zumbido en el oído, que muchos describen como un abejón o un grillo cantando de cerca, sin tener una razón externa, puede ser una señal de que tienes tinnitus.
Mabel Quéliz, otorrino-cirujana, señala que la tinnitus no es más que la sensación auditiva de un sonido en la ausencia de un estímulo sonoro externo correspondiente. “Es un síntoma asociado a varias enfermedades, siendo la mayoría de ellas localizadas en las vías auditivas”, dice.
La especialista explica que estudios recientes han demostrado que con el pasar de los años la prevalencia del zumbido (tinitus) va en aumento de 15% para 23,5% en tan solo 15 años.
“La mayoría de los pacientes con tinnitus (80%) refieren una percepción de un sonido continuo y esto se traduce como actividad espontánea de las vías auditivas. Un 20% se queja de un sonido rítmico.
El grado de incomodidad del tinnitus puede llegar a ser severo al punto de perjudicar la vida cotidiana del paciente”, agrega Quéliz .
La otorrino indica que es de vital importancia visitar al otorrinolaringólogo para una evaluación inicial, la cual consiste en realizar una historia clínica detallada tomando en cuenta las características del tinnitus y síntomas asociados, como la hipoacusia (disminución de la audición), vértigos (mareos e inestabilidad), presión en los oídos, otalgia (dolor de oídos), hipersensibilidad auditiva, uso reciente de algún medicamento, y siempre considerándolos aspectos emocionales del paciente.
“No debemos olvidar la importancia que juegan los hábitos de vida y saber que ellos pueden contribuir agravando el cuadro o siendo el origen del mismo, así como los antecedentes personales patológicos del paciente”, resalta la doctora.
Señala que los hábitos a tomar en cuenta son la alimentación del paciente, si este hace ayuno prolongado o abusa de cafeína y dulces, el sedentarismo, el uso crónico de medicamentos, el sueño del paciente, cómo es su descanso, estrés y cambios emocionales.
“Como profesionales en el área debemos indagar en conocer bien la historia para llegar al factor causal de este síntoma. No olvidemos preguntar sobre alteraciones metabólicas y enfermedades sistemas no controladas, como la diabetes, hipertensión arterial, alteraciones hormonales y problemas con el colesterol” dice.
Agrega que “debemos conocer qué tanto el tinnitus afecta la calidad de vida y si está llevando al paciente a un aislamiento social, a cambios de humor o a un estado depresivo”.
En la mayoría de los casos, está asociado a pérdida auditiva secundaria a exposición a ruidos, envejecimiento del oído interno o uso de medicamentos considerados tóxicos para el oído, resultando en daño irreversible de las estructuras de la coclea.
Advierte a los pacientes que no se debe permitir que le digan que “No tiene cura”, y recalca que se debe visitar a un especialista con la historia en mano, los estudios que se soliciten para ayudarlos con el mejor tratamiento y una evaluación auditiva completa. “El otorrino puede ayudarlo”, concluye.