Es probable que 10 millones más de niñas contraigan matrimonio para finales de la década, lo que amenaza con revertir años de progreso en la reducción de esta práctica, según un nuevo análisis publicado hoy por UNICEF.
El informe ‘COVID-19: Una amenaza para el progreso contra el matrimonio infantil’, publicado durante este Día Internacional de la Mujer, advierte que el cierre de escuelas, las limitaciones económicas, la interrupción de servicios, las muertes durante el embarazo y los fallecimientos de los progenitores debido a la pandemia aumentan el riesgo de que las niñas y adolescentes más vulnerables se vean obligadas a casarse o unirse antes de los 18 años.
Incluso con anterioridad a la presente epidemia, 100 millones de niñas ya corrían el riesgo de contraer matrimonio infantil o de unirse a temprana edad en la próxima década, a pesar de que esta acción iba disminuyendo considerablemente en varios países en los últimos años.
En la reciente década, la proporción de mujeres jóvenes de todo el mundo que se casaron cuando eran niñas se redujo en un 15%, pasando de casi una de cada cuatro, a una de cada cinco. Gracias a esta disminución se han evitado unos 25 millones de matrimonios, pero estos avances se encuentran en peligro por causa del coronavirus.
“La COVID-19 ha empeorado una situación ya difícil para millones de niñas. El cierre de escuelas, la ausencia de amigos y redes de apoyo, así como el aumento de la pobreza han reavivado un fuego que el mundo luchaba por apagar. Pero, podemos y debemos acabar con el matrimonio infantil, y en este Día Internacional de la Mujer es el momento perfecto para recordar el riesgo que corren estas niñas si no actuamos ahora: la pérdida de su educación, su salud y su futuro”, dijo la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore.
El comunicado aborda que el matrimonio infantil y las uniones tempranas tienen consecuencias inmediatas y permanentes para las niñas, ya que tienen más probabilidades de ser víctimas de la violencia doméstica y menos opciones de permanecer en la escuela.
“Mientras las escuelas continúen cerradas, las niñas tendrán más probabilidades de abandonar los estudios y no volver a ellos, y al no poder concluir con su enseñanza académica comprometen su desarrollo y calidad de vida, tanto presente como futura, ya que no podrán conseguir empleos calificados ni bien remunerados que les permitan salir de la pobreza”, indicó la doctora Rosa Elcarte, representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en República Dominicana.
A su vez, Elcarte agregó que “las medidas para mitigar la prevención de la COVID-19 están afectando la forma de vivir de las niñas por las restricciones de movimiento y el alejamiento social asociados a la endemia, dificultándoles el acceso a recursos e iniciativas que las protegen contra el matrimonio infantil, los embarazos no deseados y la violencia de género”.
De su lado, Fore añadió: “A un año de esta situación sanitaria, es necesario actuar de inmediato si queremos mitigar el impacto de esta pandemia en las niñas y sus familias”.
Aseveró que “si reabrimos las escuelas, ponemos en marcha leyes y políticas eficaces, garantizamos el acceso a los servicios sanitarios y sociales –incluidos los servicios de salud sexual y reproductiva– y adoptamos medidas integrales de protección social para las familias, podremos reducir significativamente el riesgo de que se prive a las niñas de su infancia debido al matrimonio infantil y las uniones tempranas”.