Esta
organización pide al presidente Luis Abinader
que se abtenga de reformar la constituccion esta años, hablando a nombre
de los Constitucionalista Andrés Fortunato expreso “Que dada la carga de diversos factores que
tiene que enfrentar este gobierno lo más conveniente, para el país y el propio
gobierno, sería aplazar la reforma constitucional anunciada, hasta que se
presenten momentos más propicios. Basta recordar, que se está llevando a cabo,
por primera vez una persecución contra la corrupción que enfrenta amplios
sectores opositores, por lo que hablar de una reforma constitucional, podría
tener una lectura que se aprovecharía, para tergiversar cualquier sano
propósito”.
Además,
en opinión de los constitucionalistas, reformar la actual constitución sin que
el pueblo o gran parte de él la conozca, puede producir un efecto contrario al
que se desea, como ha ocurrido con la cerca de 40 reformas constitucionales que
se han realizado desde el punto de vista de los intereses partidarios, los
cuales son siempre transitorios y circunstanciales.
Recomendaron,
que antes de hacer una reforma constitucional, hay que aplicar, a lo largo y
ancho de todo el país, entre otras cosas, lo que plantea el art.63 de la
Constitución vigente en su numeral 13, el cual señala, que: “Con
la finalidad de formar ciudadanas y ciudadanos conscientes de sus derechos y
deberes, en todas las instituciones de educación pública y privada, serán
obligatorias la instrucción en la formación social y cívica, la enseñanza de la
Constitución, de los derechos y garantías fundamentales, de los valores patrios
y de los principios de convivencia pacífica.
Aquí
no se ha llevado a cabo un plan de formar en constitución a la sociedad
dominicana. En eso los gobiernos, la Junta Central Electoral y los partidos
políticos han sido indiferentes, manteniendo al pueblo con una ignorancia
razonada. Y resulta, que “la indiferencia y la ignorancia son incompatible con
una democracia representativa”.
A
juicio de esa entidad patriótica, “la ignorancia de las leyes que rigen los fenómenos
políticos-sociales, engendra numerosos errores, opiniones y creencias falsas,
que privan a las instituciones democráticas de su base fundamental: la vigilancia del pueblo”.
Debemos
ya, si queremos un verdadero cambio, evolucionar en democracia tomando como
base fundamental, en conocimiento de la Constitución y las leyes que rigen la
materia electoral, así como el conocimiento ético y moral tan necesario, tanto
para los que aspiran a los cargos públicos, como a los ciudadanos y ciudadanas
que ejercen el sufragio, para la conformación de los tres poderes del Estado.
Entienden
esos viejos y muchas veces ignorados por los gobiernos, que tenemos que aspirar
a la creación de un gobierno equilibrado, cuyas instituciones sirvan de
contrapeso las unas a las otras y eviten la opresión en cualquiera de sus
manifestaciones, pero eso se debe lograr mediante una especie de revolución
cívica, que debe incluirse entre los doce puntos a trabajar, para mejorar la
efectividad de un Estado Social y Democrático de Derecho, como el que siempre
hemos aspirado.
Para
los hombres y mujeres de abril, concientizar al pueblo, es la única forma de eliminar el caciquismo
político y los partidos personalistas, fundadas en el servilismo político y las
redes de lealtades compradas, con los recursos que los profesionales de la
política extraen, tradicionalmente, del erario.
Además,
agregan éstos, tenemos que decidirnos a crear una “opinión
pública consciente e ilustrada que es el poder frenador por excelencia. De Ahí,
que “la reforma del régimen político
debe pues comenzar por la formación de esas fuerzas que hacen a la sociedad
verdaderamente soberna y dueña de su destino.
Enfatizaron,
que hasta que no se forme cívica, ética, moral y patrióticamente, así como de
conocimiento del manejo del Estado dominicano a los votantes, será una quimera
la aplicación del art. 2 de la Constitución de la República, el cual señala,
hablando de la “Soberanía Popular, que:
“La soberanía reside exclusivamente en el pueblo, de
quien emanan todos los poderes, los cuales ejerce por medio de sus
representantes o en forma directa, en los términos que establecen esta
Constitución y las leyes”.
Hablando
a nombre de los constitucionalistas, el Lic. Andrés Fortunato Victoriá, señaló,
que ellos están seguros de las buenas intenciones del Presidente Luis Abinader,
para muestra valen las pruebas aportadas, para bien de la nación durante su
primer año. Pero hay que tener mucho
cuidado con esa trilogía funesta que reproduce cada cuatro años la misma
frustración social: los políticos profesionales, los capitalistas que invierten
para mantener el circulo vicioso de la corrupción y los intelectuales sin fe y
sin honor, cuya norma tradicional ha sido: “cultivar la verdad como sabio,
esparcir el error como ciudadano y estudiar a las personas, para engañarla”.