La exposición crónica a la luz solar es la causa principal de casi todos los casos de cáncer de piel que aparecen con mayor frecuencia en las partes expuestas: la cara, orejas, cuello, cuero cabelludo, hombros y espalda, no obstante, rara vez se desarrollan en zonas no expuestas, nos explica la Dra. Jazmín García, Oncólogo Radioterapeuta del Centro de Radioterapia Integral (RADONIC).
La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer, un afiliado de la Organización Mundial de la Salud, incluye la luz ultravioleta (UV), en el Grupo 1 de riesgo, una lista de las más peligrosas sustancias que causan cáncer de bronceado. Grupo 1 incluye también agentes como el plutonio, los cigarrillos y los rayos UV.
Los de mayor riesgo están sobre las personas de piel blanca, cabello rubio o rojizo y ojos claros. Generalmente no se ve en niños, está en relación con los años de exposición solar, pero cada vez se ve en personas más jóvenes, en la cuarta y quinta décadas de la vida. Es más frecuente en hombres y en los trabajadores al aire libre y los que gustan de exponerse a largos bronceados al sol, son particularmente susceptibles.
Dentro de los signos de advertencia a tomar en cuenta se destacan: Lesión ulcerada o abierta que sangra, supura, lesión persistente que no cicatriza, mancha rojiza o irritada en algunas personas la mancha forma una costra, protuberancia brillante o nódulo perlado translúcido.
Después de confirmarse el diagnóstico mediante una biopsia, hay diferentes opciones de tratamiento: Escisión quirúrgica, curetaje y electrodesecación, criocirugía, terapia fotodinámica, cirugía láser, medicamentos tópicos y radioterapia.
Esta última modalidad consiste en aplicar radiación, generalmente rayos X de baja energía o electrones. Puede ser utilizada para los tumores que son difíciles de tratar quirúrgicamente y en pacientes de edad avanzada que no toleran un acto quirúrgico, en recidivas y pacientes que optan por este tipo de tratamiento, apunta la especialista.
Algunos de los consejos que recomienda la doctora para protegerse de este tipo de cáncer son: Busque la sombra, especialmente entre las 10:00 am y las 4:00 pm, use paraguas o sombrero, evite la quemadura solar, evite el bronceado, y no utilice equipos de bronceado artificial.
Si se expone al sol, vístase con prendas que lo protejan, sombreros de ala ancha y gafas de sol con protección UV, cada día utilice protector solar de amplio espectro con factor de protección solar (FPS) 15 o mayor, aleje del sol directo a los niños, si van a estar expuestos protejalos, revise su piel al menos una vez al mes, si tiene factores de riesgo mayores, como haber tenido un carcinoma basocelular previo, tez muy blanca o lesiones en piel, visite cada año a su médico para realizar un examen completo de su piel.
El cáncer de piel es la forma más común de cáncer en los Estados Unidos. Más de 3,5 millones de cánceres de piel son diagnosticados cada año y cada año hay más nuevos casos de cáncer de piel que la incidencia combinada de los cánceres de mama, próstata, pulmón y colon, según estudios The Skin Cancer Foundation. y National Cancer Institute
Durante las últimas tres décadas, más personas han tenido cáncer de piel que todos los otros tipos de cáncer combinados. Trece millones de blancos no hispanos que viven en los EE.UU. a principios de 2007 tenían por lo menos un caso de cáncer de piel no melanoma, normalmente diagnosticado como carcinoma de células basales (BCC) o carcinoma de células escamosas (SCC).