Lic. Ysaias Lara Kevelier.
La Fundacion PACMA, el INSAPROMA y varias organizaciones ambientalistas salieron al frente a las informaciones emitidas por la empresa Seaboard respecto a los reclamos para que las barcazas de generación eléctrica ubicadas sobre el río Ozama sean trasladadas debido al daño que causan a la salud y al medio ambiente.
Un comunicado destaca que explicaron que
estas han presentado estudios que demuestran los efectos dañinos de estas
plantas, contrario a Seaboard que “no ha mostrado una sola prueba, y tratando
de justificar la ilegalidad de sus barcazas se incriminó al admitir que se
violó el reglamento de permisos y licencias y varios artículos de la Ley
64-00”.
Las entidades calificaron como gravísimo
que Seaboard, mediante un comunicado que difundió a la opinión pública
nacional, “en su desesperación por justificar lo injustificable, incriminó
incluso a las autoridades del Gobierno, incluyendo al Presidente de la
República, cuando dice que ha sido “ayudada” por el primer mandatario, por el
ministro de Energía y Minas y en la pasada gestión por el ministro Ángel
Estévez y el viceministerio de gestión ambiental, al violentar la ley para
establecer sus generadores eléctricos llamados Estrella del Mar II (EM II) y
Estrella del Mar III (EM III), lo cual constituye una franca violación a los
artículos 171, 172 y 184 de la ley 64-00 sobre Medio Ambiente y Recursos
Naturales”.
Diversas organizaciones
ambientalistas salieron al frente a las informaciones emitidas por la empresa Seaboard
respecto a los reclamos para que las barcazas de generación eléctrica ubicadas
sobre el río Ozama sean trasladadas debido al daño que causan a la salud y al
medio ambiente.
Un comunicado destaca que explicaron que
estas han presentado estudios que demuestran los efectos dañinos de estas
plantas, contrario a Seaboard que “no ha mostrado una sola prueba, y tratando
de justificar la ilegalidad de sus barcazas se incriminó al admitir que se
violó el reglamento de permisos y licencias y varios artículos de la Ley
64-00”.
Las entidades calificaron como gravísimo
que Seaboard, mediante un comunicado que difundió a la opinión pública
nacional, “en su desesperación por justificar lo injustificable, incriminó
incluso a las autoridades del Gobierno, incluyendo al Presidente de la
República, cuando dice que ha sido “ayudada” por el primer mandatario, por el
ministro de Energía y Minas y en la pasada gestión por el ministro Ángel
Estévez y el viceministerio de gestión ambiental, al violentar la ley para
establecer sus generadores eléctricos llamados Estrella del Mar II (EM II) y
Estrella del Mar III (EM III), lo cual constituye una franca violación a los
artículos 171, 172 y 184 de la ley 64-00 sobre Medio Ambiente y Recursos
Naturales”.
Cuevas insistió que
Seaboard reconoce su ilegalidad y se incrimina cuando trató de explicar el
proceso que han seguido para legalizar sus operaciones, pues la empresa comenzó
diciendo que en el año 2017 no le renovaron la licencia porque se emitieron
instrumentos jurídicos como decretos para sanear el río y preguntó que, siendo
así, “¿cómo puede explicar esa empresa que se hayan mantenido allí sus plantas,
cuando está prohibido por la Ley 64-00 y por varios decretos de saneamiento del
río Ozama?”.
Más grave aún, admite Seaboard que le fue
cambiada la categoría para instalar una planta de 150 MW en el proceso de
permisos, señalando que fue modificada de Categoría A a Categoría B, lo que
solo es posible en una abierta componenda con el pasado ministro de Medio
Ambiente, Ángel Estévez, admitiendo también la unificación del permiso
ambiental de EM III con la licencia ambiental de EM II; ambas admisiones
constituyen una violación flagrante al reglamento y a la normativa ambiental.
“Esto sugiere contubernio, coautoría y, obviamente, demuestra posible
prevaricación y ausencia de transparencia. La única categoría permitida para
este tipo de planta es A, la cual obliga los Estudios de Impactos Ambientales,
que es claramente lo que evitó Seaboard con estas maniobras”, explica
INSAPROMA.
Respecto a la resolución 0022-21, Cuevas la
calificó como una aberración jurídica, toda vez que, de manera arbitraria e
ilegal, el entonces ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, le otorgó
un permiso provisional para la generadora Estrella del Mar III por 2 años y que
ordenó que debía salir de funcionamiento Estrella del Mar II inmediatamente, lo
cual la empresa no ha cumplido porque ambas plantas están operando de manera
paralela y potenciando el daño a la salud y al medio ambiente.
Explicó que esta autorización y las
admisiones de Seabord comprometen la responsabilidad penal tanto de la empresa
como del funcionario que la emitió, toda vez que violenta el reglamento de
permisos y licencias, el artículo 113 de la ley 64-00, además de los artículos
38, 40 y 41, por no hacerse un estudio de impacto ambiental, “que en buen
derecho no se debía hacer porque nunca esas plantas podían establecerse allí,
pero además obliga a la Procuraduría Especializada de Persecución de la
Corrupción Administrativa (PEPCA) investigar a fondo el vínculo del pasado
ministro y la empresa en estas acciones contrarias a la ley”.
De su lado, Nelson Pimentel, coordinador de
litigios concluyó con cuatro llamados fundamentales y concretos 1) al
Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales para que realice una
auditoría al procedimiento de permisos y liciencias que dice tener Seaboard 2)
a la PEPCA para que investigue qué pasó para que el pasado ministro Ángel
Estévez, en un contubernio aparente con Seaboard, modificó, unificó licencias y
violó de manera flagrante la ley para favorecer a Seaboard y 3) al Ministerio
de Salud Pública para que concrete la investigación solicitada y que constituya
la comisión multidisciplinar para determinar los impactos a la salud de las
plantas y 4) al Presidente de la República para que de manera inmediata
intervenga para que estas plantas sean reubicadas, trasladadas de su ubicación
actual, y se respete la integridad, la salud y la gente que es por lo que debe
luchar todo gobierno, toda presidencia y toda institución.
Tanto Cuevas como Pimentel expresaron que
en esta lucha contra la presencia ilegal de las barcazas, junto al INSAPROMA,
trabajan diversas organizaciones ambientales y comunitarias de una larga
trayectoria de servicio y defensa ambiental, las cuales mantienen su demanda de
que las plantas que opera Seaboard sean retiradas de manera inmediata del río
Ozama, por el daño que causan a las comunidades y por la ilegalidad bajo la
cual se han establecido en el país, violentando todo el ordenamiento jurídico
en materia de medio ambiente.