Blumenau, la ciudad famosa por acoger la versión brasileña de la Oktoberfest alemana, se ha visto sacudida este miércoles por una matanza brutal en una guardería. Un hombre, cuya identidad y motivos se desconocen, ha asaltado un jardín de infancia armado con un hacha, ha matado a cuatro niños de entre cinco y siete años y causado heridas leves a un quinto. Una profesora ha contado que logró mantener cerrada la puerta del aula de los bebés. Este del Estado de Santa Catarina, en el sur de Brasil, es el más reciente, pero los ataques mortales de estas características son cada vez más frecuentes. El anterior fue hace nueve días: un alumno mató a una profesora a puñaladas en un colegio de São Paulo.
El asesino, de 25 años, perpetró el ataque a primera hora y después se entregó a la Policía Militar, según ha explicado el comisario general de la policía de Santa Catarina, el Estado donde se ubica Blumenau. El comisario Ulisses Gabriel, citado por G1, del grupo Globo, ha declarado: “La comisaría de represión de crímenes informáticos, que tiene experiencia en la extracción de datos de teléfonos y ordenadores, quiere investigar si hay cómplices, si participó alguien más, cómo pergeñó el plan y de dónde sacó la información”.
Ante los agentes que lo han detenido, el agresor ha permanecido en silencio. Testigos de la matanza han contado a la prensa local que saltó el muro de la escuela y persiguió aleatoriamente, hacha en mano, a algunos de los niños presentes. Las víctimas son tres niños y una niña que tenían entre 5 y 7 años.
El presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, condenó la matanza; tuiteó que es un “acto de odio y cobardía”. El gobernador de Santa Catarina, Jorginho Mello, ha decretado tres días de luto.
Brasil ha sufrido en los últimos tiempos una ola de ataques en escuelas, perpetrados a menudo por alumnos o exalumnos y en algunos casos con armas de fuego. Hace dos años, otra guardería fue atacada en el mismo Estado escenario del ataque, Santa Catarina. Un joven de 18 años asaltó otro jardín de infancia y mató a tres bebés y dos maestras. Y hace solo nueve días, el 27 de marzo, se registró el anterior ataque. Un estudiante armado con una navaja mató a una profesora e hirió a dos compañeros y a dos profesoras antes de que otras dos docentes lograran neutralizarlo en una escuela de São Paulo.
El adolescente de São Paulo aparentemente actuó imitando a los autores de la matanza de Suzano, una ciudad del mismo Estado, perpetrada por dos jóvenes con armas de fuego en su antiguo colegio a principios de 2019. Mataron a ocho personas, incluidos cinco estudiantes. Como aquellos, tanto el asesino de São Paulo como el autor de otro ataque en el Estado de Espirito Santo, en 2022, iban vestidos de negro y con caretas de calaveras cuando perpetraron los asaltos. Este último usó armas robadas a su padre, policía, y lucía una esvástica.
El ataque del pasado 27 de marzo en São Paulo sacó a la luz varias advertencias sobre el comportamiento y las amenazas del alumno. Este acababa de ser trasladado a la escuela donde perpetró el ataque. Justo un mes antes, una profesora del colegio antiguo lo denunció ante la policía porque actuaba de manera sospechosa en redes, donde publicaba imágenes de armas y de ataques a escuelas; la madre del asesino, preocupada por ese mismo motivo, le había confiscado en algún momento el móvil, pero luego se declaró arrepentido. Todo indica que las autoridades públicas y escolares no tomaron medidas concretas tras las advertencias.
Precisamente este miércoles, el secretario de Seguridad Pública de São Paulo, el comisario de policía Guilherme Derrite, ha publicado un artículo en Folha de S. Paulo en el que reclama responsabilidad a los medios para no dar demasiados detalles que puedan animar a posibles emuladores. Y ofrece un dato escalofriante: aquel lunes en que el chaval de 13 años mató a una profesora, otros cinco estudiantes de la ciudad fueron interceptados con navajas en clase; y a lo largo de la semana sumaron 55 casos en todo el Estado.