Amado Padre que estás en el cielo, tú eres nuestro Dios. Tú nos gobiernas y nos guías, y nuestra confianza permanece en ti, aun cuando tantas necesidades presionan nuestro corazón y tratan de arrastrarnos en su turbulencia. Pedimos tu protección. Que tu mano divina nos gobierne, para estar conscientes del llamado que hemos recibido de ti, y siempre tengamos luz alumbrando en nuestras vidas para indicarnos cómo servirte. Permite que obre tu poder en esta tierra, dondequiera que los corazones respondan a ti, dondequiera que se revele la fuerza de Jesucristo, y que todos reconozcan sus obras para honor tuyo. Acompaña a tus hijos más humildes y más ignorados. Guárdalos en tus manos y capacítalos para ser colaboradores que perseveran con valentía y confianza, hasta el momento cuando te reveles a todos los pueblos de la tierra. Amén.
Yo te guío por el camino de la sabiduría, te dirijo por sendas de rectitud. Cuando camines, no encontrarás obstáculos; cuando corras, no tropezarás. Proverbios 4:11-12
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