En sus palabras de bienvenida, la maestra Altagracia Espinosa, bióloga y ex directora general de Investigación Científica de la UASD, resaltó que este simposio tiene el objetivo de continuar desarrollando un núcleo académico crítico que estudie los ambientes extremos en República Dominicana.
De su lado, como contraparte internacional, el investigador Alberto Batista, miembro de la Red Latinoamericana de Extremófilos, sostuvo que este simposio contribuye a fortalecer el estudio de los microorganismos extremos y fomenta una mejor sinergia entre los investigadores locales e internacionales.
En nombre de la Red Dominicana de Ambientes Extremos y Organismos Extremófilos, el doctor Alexander Valdez precisó que desde hace cinco años esa institución ha desarrollado varios proyectos de investigación y realizado diversas actividades nacionales con el objetivo de consolidar los estudios en esta área e identificar los ambientes extremos en el país.
“Nuestra red cuenta con más de 100 miembros entre investigadores, académicos y estudiantes dominicanos, quienes estudiamos los ambientes extremos con el propósito de desarrollar aplicaciones biotecnológicas que den soluciones a problemas sociales como el desarrollo de vacunas”, añadió Valdez.
En este II simposio se desarrollaron las charlas Microorganismos extremófilos de cuevas en República Dominicana; Búsqueda de Metabolitos en Ambientes Extremos; Morfometría de Artemia Salina en Bahía de las Águilas; Estrategias bioinformáticas aplicadas al estudio ambiental de bacteriófagos, entre otras.
En el encuentro participaron estudiantes, académicos e investigadores nacionales e internacionales, así como directivos de varios institutos de investigación de República Dominicana.
Sobre el II Congreso Internacional de Investigación
El Congreso está dedicado a la destacada académica Idelisa Bonnelly de Calventi, una de las científicas más importantes de Latinoamérica, considerada madre de la Conservación Marina en el Caribe y de la Biología Marina en la República Dominicana. Además, fue fundadora de la Escuela de Biología de la UASD, del Centro Nacional de Biología Marina, y del primer santuario de ballena jorobada en el Atlántico Norte.