Ciudad de Guatemala, 24 nov (Prensa Latina) La violencia continúa marcando la vida hoy en Guatemala, un promedio de 250 homicidios al mes, a pesar de que este año cerraría a la baja contra los índices de 2022. Asi lo informa Prensa Latina en la siuiente historia:
Ennoviembre podrían ser 260 y en diciembre 270, pues son los de mayor movimiento comercial y económico, expresó el analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), Walter Menchú.
Con esas cifras sumarían dos mil 980 muertes violentas en todo el país al finalizar 2023, una disminución en relación con las tres mil del período anual anterior, precisó el especialista, citado por el diario local Prensa Libre.
La tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes se reduciría así de 17,3 en el 2022, a 16,9 al cierre del presente año, según las estadísticas.
La Policía Nacional Civil informó que en octubre último se produjeron 280 hechos criminales y 247 en septiembre, mientras las evaluaciones indican que los picos de muertes por el uso de la fuerza varían por el mes o temporada, como Semana Santa o fin de año.
El investigador del Observatorio de la Violencia, Daniel Núñez, describió que desde abril pasado también registraron “más homicidios de los que esperaban” y hasta octubre documentaron dos mil 457.
“Es probable que el año termine con algo menos de asesinatos que el 2022, pero quizá más del límite superior que esperábamos, de dos mil 869”, señaló.
“Esto es importante, porque significa que aunque la tendencia de largo plazo a la baja desde el 2009 se mantiene, el aumento podría ser más pronunciado en los próximos meses y comenzar a revertirse la situación”, sentenció el experto.
El exviceministro de Gobernación y analista en temas de seguridad Mario Mérida expuso la existencia de un subregistro en las estadísticas.
No se documenta a las personas que fallecen en los hospitales porque no son consideradas como víctimas de la violencia homicida, subrayó.
Este subregistro de víctimas se aplica igualmente con las extorsiones o el robo de vehículos, porque no todos denuncian, aclaró el exfuncionario.
La inseguridad debido a tal flagelo, remarcan analistas, tiene un impacto directo en el patrón de comportamiento de las personas, limita su convivencia pública, recreación y desplazamiento por ciertas zonas y horarios en todo Guatemala.