El espíritu del cambio fue creciendo en muchos individuos, auténticos Quisqueyanos, transmitiendo y comprometiendo a sus familias desde hace décadas. Muchas veces defraudados, besando sapos. Pero su tenacidad heredada, hizo realidad el gobierno del cambio en 2020. Cambio cuya meta final, es ejecutar los cambios que requiere el Estado y la sociedad, para hacer realidad una QUISQUEYA POTENCIA.
- ¡El país somos todos! Dijo mientras presionaba a fondo el acelerador de su carro en la Autovía del Este rumbo a Samaná. Y lo existente, es un reflejo de lo que somos.
Todo su entorno era esmeralda. Las diversas especies maderables del entorno, los árboles frutales, las palmas, el pasto de las fincas del entorno. Todo, más verde no podía ser.
- Creo que uno de nuestros males, es la excesiva concentración de la riqueza existente. Porque la pobreza limita a las familias a poder educar a sus hijos, y si no están formados, luego se le dificulta adquirir conciencia sobre los deberes de un auténtico ciudadano, y, además, se le complica emplearse y se le condena a la miseria.
El cielo, azul intenso, vestido de impresionantes nubes dando forma a imposibles continentes, a ambos lados, pacíficos campesinos y jornaleros. El tránsito, conformado por diversos vehículos y marcas, entre ellos bus trasladando alegres turistas.
- La meta debe ser dar forma a una población conformada por productores, técnicos, empleados, emprendedores, comerciantes, industriales, exportadores, etc.
- Individuos conscientes y comprometidos con la dominicanidad. Ciudadanos para quien primero esta Dios, luego la Patria, y soldados de su libertad en todas sus manifestaciones.
- Creo -dijo su copiloto, que hasta el momento se había limitado a escuchar- que somos los responsables de los males históricos, por no haber sido obediente con uno de los principales mandatos del padre de la patria cuando dijo; “mientras no se escarmienten los traidores como se debe, los buenos y verdaderos dominicanos, seguirán siendo víctimas de sus maquinaciones”.
- E históricamente hemos permitido que los traidores se salgan con la suya. Convirtiéndose en semillas que, con las décadas, y los siglos se han multiplicado, convirtiéndose no en la excepción, sino en la regla. Al punto de que ya lo asimilamos como parte del paisaje, y ellos lo han asimilado como parte de las reglas; por eso en vez de tratar de pasar desapercibido, tratan de ser gobernantes, ministros, generales, etc.
- Y me refiero a golpistas, saqueadores de los recursos públicos, cómplices de estafa al Estado. Y todo por la inexistencia de un sistema de consecuencia, porque el Poder Judicial tradicionalmente ha estado bajo el control de la clase política gobernante.
- Y por desgracia, los sectores pensantes auténticamente nacionalistas, no se han dado cuenta que el problema, la estafa, o el engaño, está en la Constitución de la República, al concentrar en el Poder Ejecutivo administrar los recursos, designar ministros, controlar vía el consejo de la magistratura la designación de jueces, designar al procurador, destituir o ascender militares y policías, al controlarlo todo, termina corrompido por tanto poder y excluyendo la sociedad de la toma de decisiones.
Pero ese modelo de constitución, esa trampa, es el origen del mal, no solo de nuestro país, sino de toda América Latina. Ese fue el gran legado de los ingleses, introducir ese modelo trucho de constitución cuando impulsó la recolonización del nuevo mundo, apoyando las revoluciones contra España, e introduciendo ese mamotreto constitucional, raíz de todos los males.
Algunos países como Argentina, México, Venezuela, Colombia se fueron a la guerra contra este modelo, y es el origen de las famosas guerra de “Unitarios contra Federales”. Pero no se dieron cuenta del mal, que era la extrema concentración del poder en el Poder Ejecutivo.
Debemos observar el modelo anglosajón. Con los Jurados en el sistema judicial. Con Policías descentralizadas. El FBI para perseguir a todo funcionario que viole la constitución y la ley, a todo enemigo interno o externo de la constitución y las leyes. Gobernadores provinciales electos democráticamente y con su presupuesto.
Imagino el Consejo de la Magistratura, que designa las Altas Cortes, formado por los rectores universitarios. Que los Decanos de Ciencias Jurídicas designen el Procurador. La PN descentralizada, en Policía del DN y Policías Municipales, y que los respectivos consejos de regidores designen director.
Convertir los actuales ministerios, en centros de investigación, desarrollo e innovación. Y que los gobiernos provinciales formen su propio gabinete, con sus recursos, dividiendo el 50% de la partida de inversión del presupuesto, entre las provincias, según población. De manera que cada provincia, con su presupuesto y sus ministerios provinciales impulsen sus propios planes de desarrollo.
Por siglos se ha afirmado, que la fórmula de la locura, es tratar de tener resultados diferentes, haciendo las cosas de la misma manera. Y hacer realidad nuestra meta generacional de una Quisqueya potencia, requiere hacer las cosas de forma diferente.
El autor es escritor y activista por una QUISQUEYA POTENCIA.