Desde la independencia, crearon una estafa de constitución, donde un individuo lo controla todo; controla los recursos públicos, controla las FFAA y PN. Designa y quita; jueces, ministros y directores generales, con la idea de los grupos dominantes que, controlando la presidencia, lo controlan todo, al controlar la riqueza, las fuerzas de represión, y la justicia. Origen de la corrupción y la impunidad.
Y el pueblo, en una conducta masoquista, ha sido el gran cómplice y aliado de los grupos dominantes, apoyando tradicionalmente sus candidatos. Sabiendo que estos grupos históricamente su norte ha sido apropiarse de todo, elevar su riqueza, repatriar sus excedentes y ser indiferente al sufrimiento del pueblo. De ahí los niveles de miseria, de desempleo, de pésimos servicios públicos, peor servicio de salud pública y la estafa de los fondos de pensiones. El cual debe transformarse en un gran fondo de inversión público-privado para incentivar la inversión en el desarrollo del sector productivo e industrial de RD. y cuyos beneficios sean para sus propietarios, los trabajadores.
Esa alianza de corrupción entre la clase política y la clase dominante queda evidenciada si investigamos dónde y en manos de quién están las empresas públicas, las antiguas empresas de CORDE, donde están las empresas que eran de Baninter, etc.
Tiene la República Dominicana una salida para eliminar la miseria y erradicar el desempleo. Claro que sí. Para eso hay que iniciar redistribuyendo la tierra, cuando corresponda pagando -los nuevos beneficiados- vía financiamiento la propiedad a los actuales propietarios. Impulsando la creación de un tejido de agroindustrias municipales. E incentivar la puesta en producción de todas nuestras áreas cultivables, desarrollo sector pecuario, pesquero, etc.
Impulsar la producción en todos los sectores potenciales, para incrementar la producción, alimentar con materia prima las agroindustrias, incentivar la creación de miles de empresas conexas, diversificar la producción industrial, multiplicar exportaciones, y incrementar exponencialmente la captación de divisas saturando el mundo con productos ¨Hecho en RD¨.
Convertir el Estado en la turbina creadora de agroindustrias e industrias, y luego convertir la inversión en estas, y venderlas a la población, emigrados e inversionistas internacionales, para rescatar la inversión y seguir invirtiendo y apoyando a los emprendedores, e impulsando la investigación, la innovación y el desarrollo de nuevas tecnologías y productos. Desarrollar los mercados de capitales e incentivar la creación de fondos de inversión y empresas Star Up.
Pero para escapar de lo mismo, y del poder que tienen aquellos que les conviene que nada cambie, porque ese es su negocio. Donde el mejor reflejo es que en vez de ser una potencia exportadora en pesca industrial, importamos más del 80% del pescado que consumimos, porque la importación de pescado es un gran negocio para un pequeño grupo, aunque le roben las posibilidades de desarrollo a las provincias costeras, si desarrollamos el sector pesquero. Y lo mismo pasa con casi todos los demás sectores donde podríamos estar desarrollados.
Necesitamos también una nueva constitución, donde rescatemos el sistema judicial y podamos establecer un sistema de consecuencia. Excluyendo los políticos de la escogencia de los miembros del Consejo de la Magistratura, yo propongo que sea formado por los Rectores de las universidades. Y que el Procurador(a) sea designado por una super comisión formada por los Decanos de Ciencias Jurídicas de las Universidades. Y establecer el sistema de jurados.
Descentralizar la administración pública. Convertir los actuales ministerios en centros de investigación, desarrollo e innovación. Que cada provincia elija su gobernador provincial democráticamente. Que a cada provincia se le asigne su presupuesto, dividiendo el 50% de la partida de inversión del presupuesto nacional, para ser distribuido entre las provincias en proporción a sus habitantes. Y que cada provincia tenga sus propios Ministerios Provinciales, formado por recursos humanos locales, para que, con sus presupuestos, puedan impulsar sus propios planes de desarrollo local.
Para erradicar la delincuencia y rescatar la seguridad ciudadana, descentralizar la Policía Nacional, y convertirla en Policías Municipales y del Distrito Nacional, y que los respectivos directores sean designados por los respectivos Consejos de Regidores. Crear un FBI nacional para vigilar el cumplimiento de las leyes por parte de los funcionarios y someter a la justicia los enemigos o violadores de la constitución y las leyes.
Para asegurar su conservación y convertirlo en entidades productivas de frutales para alimentar las agroindustrias, repartir a familias residentes en las zonas, los parques nacionales. Donde estas serán responsables de su conservación. Retomar el control y/o establecer con transparencia los beneficios por nuestros recursos mineros.
Debemos avanzar hacia un poder legislativo unicameral, mediante plebiscito, para solo disponer de la cámara de diputados. De cuyos miembros sólo el 50% representará los partidos políticos, (para evitar las líneas políticas partidarias muchas veces contraria al interés nacional), que el otro 50% sean representantes de la sociedad civil organizada, de manera que sean independientes al poder político.
Hacer realidad una Quisqueya potencia en este siglo es posible. Y es la meta donde debemos poner nuestra mente y corazón. ¡¡¡Incluyéndote!!!
El autor es activista por una Quisqueya potencia. Es escritor, novelista, presidente de la Fundación para el Desarrollo Oceánico-Pesca y Acuicultura. Y director ejecutivo de la Federación Nacional de Trabajadores de la Pesca.
