El destino predeterminado de la Republica Dominicana, es convertirse en la sociedad más libre, democrática, humanitaria, solidaria y desarrollada económica y tecnológicamente y la sociedad con más alto nivel de vida de la región.
La historia, su naturaleza y papel de sus ciudadanos en la libertad de los pueblos de la región, sustentan y dan credenciales esta aseveración.
Antes de la llegada de los europeos a la región, Quisqueya, la hoy Republica Dominicana, era el centro político y cultural de la región del Caribe. Con la llegada de colon -por desgracias- se convierte en centro político europeo y puente para la conquista del nuevo mundo.
Es la base de la primera universidad, la primera catedral, y la tierra de nacimiento de la mayoría de los conquistadores del continente y primer país del nuevo mundo que los nativos conquistaron su libertad (1533). Y la presencia de Quisqueyanos en los procesos de independencia de los principales países de la región, ha sido protagónica.
Impulsar la macroeconomía, aprovechar nuestras ventajas comparativas, e impulsar el nivel de educación y desarrollo tecnológico, debe ser el norte de la rosa de los vientos del navegar en el tiempo de nuestra sociedad.
Nuestra urgencia es explotar al máximo nuestro potencial de producción de alimentos, desarrollar la infraestructura para estar en capacidad de procesar nuestros productos agropecuarios y pesqueros, y convertir la RD en una potencia suplidora global de alimentos.
Donde la agroplastia o producción en invernadero el sector pesquero industrial, la acuicultura, la maricultura y su industrialización, están llamados a jugar un papel relevante con su potencial de creación de empresas conexas, generación de empleos, incremento de las exportaciones y captación de divisas.
Solo pensar que el negocio global del pescado superó los 500 mil millones de dólares en 2023. Y RD importa mas del 80% de su consumo.
Convirtiendo los recursos públicos en la turbina impulsora de ese desarrollo, y luego traspasarlo al sector privado para atraer inversiones y repatriación de capitales, convirtiendo el valor en acciones y vendiéndolo a interesados para con el capital captado seguir reinvirtiendo.
Posteriormente nuestro norte debe ser internacionalizar nuestra economía invirtiendo en los países de la región a convertirse en productores de materia prima para ser procesada por nuestro tejido de agroindustrias, para potencializar nuestra capacidad exportadora, motorizando el desarrollo económico regional.
De paso impulsando una industria de fabricación de barcos, de armas, de productos tecnológicos y ejecutando una agresiva política de sustitución de importaciones por producción nacional, para magnificar nuestro potencial de desarrollo, creación de empleos, exportaciones y creación de bienestar regional. Para hacer realidad, una QUISQUEYA POTENCIA.
*El autor es escritor Y novelista. Preside el Movimiento Quisqueya potencia. Director Ejecutivo de la Federación Nacional de Trabajadores de la Pesca. Presidente de la Fundación para el Desarrollo Oceánico-Pesca y Acuicultura. Presidente de la Sociedad Dominicana de Escritores -SODE- y miembro del PRM.