Por Dío Astacio
Todas nuestras fuerzas, como individuos, para la gloria de Dios, deben estar enfocadas en el profundo deseo de construir un mundo basado en valores positivos y relaciones humanas significativas.
La fe en un sentido espiritual es la confianza y la esperanza en un futuro mejor. La fe es un impulso poderoso para superar desafíos y mantener una perspectiva optimista ante las adversidades.
El amor, es un valor fundamental que impulsa la conexión humana, la empatía y la compasión. Buscar un futuro basado en el amor implica promover relaciones saludables, comprensión mutua y cuidado hacia los demás.
La solidaridad implica apoyo mutuo y colaboración en tiempos de necesidad. Al abogar por un futuro de solidaridad, se promueve la idea de que todos somos responsables unos de otros y que juntos podemos superar desafíos y construir comunidades fuertes.
Un futuro basado en la fe, amor y solidaridad también está vinculado a valores éticos, como la justicia, la equidad y la honestidad. Estos principios proporcionan una base sólida para construir sociedades justas y sostenibles.
La fe, el amor y la solidaridad pueden guiar el desarrollo personal y comunitario. Al enfocarse en estos valores, las personas pueden contribuir al bienestar general y trabajar hacia un entorno que promueva el crecimiento y la prosperidad para todos.
Inspirar a las personas a comprender la importancia de la fe, el amor y la solidaridad puede tener un impacto positivo en la sociedad en su conjunto.
Buscar un futuro basado en estos valores implica asumir la responsabilidad social. Cada individuo tiene un papel que desempeñar en la creación de un entorno en el que la fe, el amor y la solidaridad prosperen.
Al abogar por un futuro de fe, amor y solidaridad, se establece un compromiso con la construcción de comunidades más fuertes y sociedades más justas. Estos valores sirven como guía para la toma de decisiones a nivel personal, comunitario y global.
De cada uno de nosotros depende que la fe, el amor y la solidaridad prosperen y determinen nuestro futuro y el de nuestra ciudad.
El autor es precandidato a alcalde de SDE.