Por Milton Olivo
Cuando se cita el término de economía naranja, se trata de un concepto que se refiere al universo de las actividades que transforman la creatividad y el conocimiento en bienes y servicios culturales facturables.
En otras palabras, se trata de de masificar la generación de empleos, oportunidades e ingresos en nuestras comunidades, apoyando las actividades creativas y culturales para convertirlas en actividades productivas.
Imaginar el potencial de producir artículos culturales en un país con un pasado interesantísimo, y sobre todo, en un país, que además de su población local, también es visitado por más de 10 millones de turistas, potenciales consumidores de productos y servicios culturales y creativos.
Es tiempo de trabajar en rescatar las tradiciones locales, y convertirlas en productos que puedan ser comercializados, tanto en el espacio cultural, como productos creativos sustentados en esas tradiciones, como en generar contenidos.
De manera que formar, educar e incentivar la formación en áreas como artes visuales, el teatro, la música, y la literatura, no pueden seguir siendo actividades marginales, sino que debemos incentivarlas y visualizarlas como potenciales fuente de empleos y generación de riqueza.
Cuando hablamos de artes visuales que fácilmente pueden ser comercializables nos referimos a Cerámica, Dibujo, Pintura, Fotografía, Escultura, Artesanía y otra actividad creativa interesante que debemos explotar es el happening.
Que es el happening, significa ocurrencia o acontecimiento. Es un sistema de representación visual que sirve como denuncia de acciones como el maltrato infantil, violación de derechos, desigualdad social, etc.
Donde los actores se disfrazan y sorprenden al público con sus ocurrencias relacionadas al tema. Poniendo luego un sombrero o gorra para que el público exprese con monedas o billetes su satisfacción.
Tenemos el potencial de crear todo un tejido de microempresas dedicadas a la creación de servicios y productos basados en la creatividad y la cultura.
En resumen, la economía naranja es una oportunidad para impulsar sectores culturales y creativos, promoviendo el talento y la innovación en todo el mundo.
Y, sobre todo, tomando todos los parques y áreas verdes todos los fines de semana como escenario, se convierte en un atractivo recreativo para las familias y la comunidad. Y fuente de ingreso para los creativos y servicios conexos que de seguro se harán presente.
El autor es ex precandidato a alcalde-SDE-PRM
Cuando se cita el término de economía naranja, se trata de un concepto que se refiere al universo de las actividades que transforman la creatividad y el conocimiento en bienes y servicios culturales facturables.
En otras palabras, se trata de de masificar la generación de empleos, oportunidades e ingresos en nuestras comunidades, apoyando las actividades creativas y culturales para convertirlas en actividades productivas.
Imaginar el potencial de producir artículos culturales en un país con un pasado interesantísimo, y sobre todo, en un país, que además de su población local, también es visitado por más de 10 millones de turistas, potenciales consumidores de productos y servicios culturales y creativos.
Es tiempo de trabajar en rescatar las tradiciones locales, y convertirlas en productos que puedan ser comercializados, tanto en el espacio cultural, como productos creativos sustentados en esas tradiciones, como en generar contenidos.
De manera que formar, educar e incentivar la formación en áreas como artes visuales, el teatro, la música, y la literatura, no pueden seguir siendo actividades marginales, sino que debemos incentivarlas y visualizarlas como potenciales fuente de empleos y generación de riqueza.
Cuando hablamos de artes visuales que fácilmente pueden ser comercializables nos referimos a Cerámica, Dibujo, Pintura, Fotografía, Escultura, Artesanía y otra actividad creativa interesante que debemos explotar es el happening.
Que es el happening, significa ocurrencia o acontecimiento. Es un sistema de representación visual que sirve como denuncia de acciones como el maltrato infantil, violación de derechos, desigualdad social, etc.
Donde los actores se disfrazan y sorprenden al público con sus ocurrencias relacionadas al tema. Poniendo luego un sombrero o gorra para que el público exprese con monedas o billetes su satisfacción.
Tenemos el potencial de crear todo un tejido de microempresas dedicadas a la creación de servicios y productos basados en la creatividad y la cultura.
En resumen, la economía naranja es una oportunidad para impulsar sectores culturales y creativos, promoviendo el talento y la innovación en todo el mundo.
Y, sobre todo, tomando todos los parques y áreas verdes todos los fines de semana como escenario, se convierte en un atractivo recreativo para las familias y la comunidad. Y fuente de ingreso para los creativos y servicios conexos que de seguro se harán presente.
El autor es ex precandidato a alcalde-SDE-PRM
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