Por: Freddy Fariña
La historia de Ismael Ureña Pérez es un recordatorio desgarrador de los peligros que enfrentan los jóvenes atletas en su búsqueda por alcanzar sus sueños. El prometedor beisbolista comenzó a experimentar malestares físicos, comunicando a su madre, Iris Pérez, que estaba siendo maltratado.
Su suplica fue un grito de auxilio que no puede pasar desapercibido. Tras llevarlo al médico, los análisis revelaron que su estado se debía a la inyección que había recibido, lo que llevo a su trágica muerte.
La situación que rodea la muerte de Ismael Ureña resalta la necesidad urgente de establecer regulaciones más estrictas sobre el uso de medicamentos y sustancias en las academias de béisbol y otros deportes juveniles.
Las federaciones deportivas y las autoridades de salud deben desarrollar normativas claras que prohíban el uso de medicamentos o sustancias no aprobadas para menores. Estas normativas deben especificar qué tipos de tratamientos son aceptables y cuales están prohibidos, así como las consecuencias por incumplimiento.
Se podría implementar un registro obligatorio donde las academias deban documentar todos los medicamentos administrados a los jugadores, incluyendo la justificación médica para su uso: Este registro debería ser revisado periódicamente por autoridades sanitarias y deportivas para asegurar su cumplimiento.
Los entrenadores y personal médico que trabajan con jóvenes deportistas deben recibir capacitación sobre el uso seguro y ético de medicamentos. Se podría exigir una certificación que garantice que conocen las normas y riesgos asociados con el uso indebido de sustancias.
La implementación de un sistema donde un médico independiente supervise el tratamiento médico que reciben los jóvenes atletas puede ayudar a prevenir abusos.
Este profesional debería tener la autoridad para rechazar cualquier tratamiento que no cumpla con los estándares establecidos y Los padres deben educarse sobre los riesgos asociados con el uso indebido de medicamentos en el deporte. Asistir a charlas o talleres sobre salud deportiva puede empoderarlos para tomar decisiones informadas.
Es fundamental fomentar una comunicación abierta con los hijos sobre sus experiencias en la academia. Los padres deben estar atentos a cualquier señal de malestar físico o emocional que pueda indicar presión o abuso en el entorno deportivo.
Antes de inscribir a sus hijos en una academia, los padres deben investigar la reputación del lugar, así como la formación y ética del personal. Preguntar sobre sus políticas en relación al cuidado médico puede ayudar a tomar decisiones más seguras.
Los padres deben inculcar en sus hijos valores como la honestidad, el trabajo en equipo y la importancia del esfuerzo personal, sin recurrir a atajos peligrosos como el uso indebido de sustancias. Esto ayudara a crear una cultura deportiva más salvable.
Implementar estas propuestas y consejos no solo contribuiría a proteger la salud y bienestar de los jóvenes deportistas, sino que también fomentaría un ambiente más ético y seguro en el deporte juvenil y evitaríamos desenlace lamentable como el que ocurrió en el mes de agosto con Ismael Ureña Pérez.
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